domingo, 20 de junio de 2010

Que existo

Últimamente todo me sale mal.

El otro día la vecina no me devolvió el saludo. Iba saliendo a la calle cuando vi que ella también. Consideré que era una buena oportunidad para hacerle plática, ya que casi nunca lo había hecho , así que le dije: "Hola, buenas tardes". Era un saludo cordial, neutral y poco original; el chiste era que no se espantara. Si me lo preguntan, esperaba que ella regresara el saludo y que me agradeciera el gesto con una invitación a una pijamada. Lo único que hizo fue girar un poco su cabeza hacia donde yo estaba, para luego regresarla antes de verme y quedarse sin decir nada.

Fue incómodo, pensé en repetir el saludo, nunca hay descartar que nuestros prójimos padezcan una sordera parcial que les impidan escuchar nuestras palabras con claridad. No lo hice porque había algo lo suficientemente hostil en su actitud como para mejor volteara a otro lado. Parecía estar molesta conmigo. Tal vez le caigo mal.

Su casa está muy pegada a la mía, no descarto que los sonidos traspasen las paredes para llegar al otro lado. Probablemente ha escuchado cómo me quejo todo el día mientras ella intenta meditar o practicar yoga. No puedo evitarlo, constantemente enuncio en voz alta todo aquello que me molesta. Sin ir más lejos, hoy estuve discutiendo con mi familia por cerca de diez minutos sobre lo molesto que son esos espacios que hay en los sillones. ¿Alguna vez se han sentado en esa especie de línea que divide los supuesto lugares de un sillón? Es horrible. Deberían quitar esas separaciones, los compradores somos lo suficientemente listos como para determinar la distribución del lugar donde reposarán las posaderas de nuestros invitados.

Intentaré moderar la voz la próxima vez que lance una diatriba semejante.

En condiciones normales dejaría pasar esta situación sin hacer aspavientos. De algún modo me he hecho a la idea de que, quienes me conocen, acaban repudiándome por instinto. Ignoro la razón, lo cierto es que todo un arsenal de cualidades no ha bastado para ganarme la simpatía de la sociedad. La diferencia es que ella me agradaba. Va en mi escuela, aunque nunca nos topamos por diferencia de semestres. Es de esas chicas tan bonitas que no te les acercas aunque quisieras tenerlas a un lado. Paradojas de la naturaleza.

¿Por qué no me saludó? Ojalá algún día lo descubra. Por lo mientras, ha perdido muchos puntos. Ya no me gusta tanto, se une a la larga lista de personas que merecen ser iguanas. No cabe duda, ninguno de los que viven por aquí me caen bien. Los mejores vecinos son los que tienen abandonadas sus casas.

5 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE BLADE RUUNER ,CHOCOLATE, EL NAZARENO- LOVE STORY,- Y- CABALLO, .

José
ramón...

Juan Ramón V. Mora dijo...

Vieja payasa.

As: 11:59 - Blondie.

Atte: Juan Ramón.

KrizalidX1 dijo...

bien por ti, acabas de ganarte un seguidor gay.

Felicidades

A.U dijo...

Wow pues quien sabe que grosera ella, aunque siendo honesta yo nunca saludo a mis vecinos, claro... si me saludan si les regreso el saludo, aunque depende a veces me han saludo hombres (no sé si sean vecinos) con un gesto un tanto incómodo, como pervertido, a esos los ignoro

Bigmaud dijo...

Jose Ramon: ¿Eso le dices a todos?

Compañero: Viejas payasas, snif.

KrizalidX1: Tengo varios, son bienvenidos, mientras sus intenciones no sean románticas.

E.S.E.: Mis gestos eran completamente normales. Pura amabilidá la mía.

Saludos.