sábado, 30 de abril de 2011

Otro lugar en el que estafan



Entro a un lugarcito con la intención de encontrar algo que quite el hambre que tengo. Voy solo. Quiero comer y salir lo más rápido posible. Quiero regresar a caminar: aprovechar que el día está nublado y que caen pequeñas gotas del cielo. Se piensa mejor así.

Tomo asiento hasta el fondo en una mesa para cuatro. Es lo fantástico de los restaurantes baratos, no tienes que reservar ni esperar a que te asignen una mesa. Simplemente entras y te instalas en un rincón disponible.

Llega la mesera. Va vestida con un horrible vestido rosa. Debe odiar su trabajo, por obligarla a llevar esa ropa y por tener que atender a clientes tan desagradables como yo (para compensarlo pienso darle una propina sobresaliente, aunque después tenga que juntarla y repartirla con el resto de los empleados).

—Buenas tardes, aquí tiene la carta.
—Gracias.
—¿Algo de tomar?

Antes de que eche un vistazo al menú, la mujer me dice:

—Hoy tenemos a las tortas al 2x1

Adoro cuando el mundo en el que vivimos se coordina para hacerte subir de peso.

—Ah, qué bien, ¿y de qué son las tortas?
—De mango.
—¿De mango? ¿De qué me está hablando?
—Las tortas son de mango.
—¿Habla en serio?
—Señor, se lo digo en serio, las tortas que están al 2x1 son las de mango.
—...
—También tenemos unas bañadas en salmuera, están riquísimas.
—No me interesa, pediré otra cosa. ¿A quién se le ocurrió preparar tortas de mango?
—A usted
—¿A mí?
—Señor, esto es un sueño. Yo no existo. Las tortas de mango tampoco, son producto de su imaginación. Probablemente sean un deseo no cumplido de la infancia.
—De niño jamás se pasó por mi mente la idea de disfrutar una torta de mango, no me venga con eso, por favor.
—Entonces no sé, la verdad es que me da igual. Soy inmune a los sentimientos. No estoy viva. Ni siquiera estoy muerta. Dejaré de existir en cuando usted despierte.
—No, espere, no se vaya, quiero algo de comer. Llevo varios días sin probar algo que me agrade. Allá en el lugar en el que vivo la vida es muy difícil.

Tomo la carta y miro los platillos: Arroz con aceite de ganso. Pasta a la colilla de cigarro. Mantecados de vello facial. Tacos de papel. Pizza sin ingredientes. Pastel de roca. Calabacitas rellanas de helio. Cocos perforados. Nieve derretida. Conos cubiertos de yeso. Sushi a la panameña. Tostadas remojadas...

La sensación de asco llegó al máximo cuando vi el Lémur al mojo de ajo. Me levanté y salí del lugar pensando que incluso los sueños han dejado de ser territorio seguro.

miércoles, 27 de abril de 2011

8 canciones de pop español ochentero

Hace unas semanas hice una sesión de twitcam un tanto caótica. Entre las varias preguntas (e insultos) que se me hicieron, alguien, no recuerdo quién, me pidió que le recomendara alguna banda de España. Tiré, apresurado, un par de nombres quedándome con la sensación de que pude esmerarme más. Para reivindicarme, hoy decidí armar una selección de algunos temas de música española, concretamente la de los 80, que es el periodo que conozco mejor. Sobra decir que en esa década hubo una gran cantidad de propuestas, producto de la liberación cultural que hubo por allá después de la muerte de Franco y que quedarse con 8 canciones sabe a poco. No sólo fue la llamada Movida Madrileña, el movimiento abarcó al país por completo así como a una enorme cantidad de géneros. Llegué a considerar hacer un mix de 10 ó 12 canciones, al final desistí para no romper la brevedad seductora de lo que a fin de cuentas se llama 8tracks. Advierto que dejé fuera figuras imprescindibles. No están Radio Futura, Los Zombies, Parálisis Permanente, Alaska y Dinarama, Siniestro Total, El Último de la fila y muchos otros. En cambio, coloqué algunas agrupaciones no tan estelares, pero igual de valiosas que ojalá puedan disfrutar.

No digo más ¡Qué disfruten!


lunes, 25 de abril de 2011

Las vacaciones


La última semana me he puesto a dormir a las cinco de la mañana. En casa, mi padre adoptó a otra gata, que, sumada a las que ya tenía, conforman un pequeño grupo de cinco felinos. Y tiene dos perras. La gatita que les digo es cariñosa, a diferencia de los otros que nomás vienen a abastecerse de provisiones y no se dejan acariciar. Se ha estado quedando en mi cuarto. Es gris, se llama Charlotte. A media noche se pone a jugar con las castañas que quedaron desperdigadas en el suelo de mi cuarto después de que ella misma rompió la bolsa que las contenía. Yo, mientras, escucho música e intento escribir. Me afecta mucho el sólo poder concentrarme por la noche. No puedo escribir decentemente por la mañana. Y es una lata. Casi a diario despierto con una idea que me parece magnífica para desarrollar. Pero conforme pasa el día la veo más y más fea. Ya a eso de las dos de la tarde, directamente me parece una porquería. No así a las 9 de la mañana cuando despierto para abrirle la puerta a la gata. En esos minutos la idea me parece estupenda, el próximo hit de la humanidad. La mezcla de sueño y flojera hacen que la deje para "al rato" y me vuelva a acostar. Duermo otras tres o cuatro horas. Después, al levantarme de manera definitiva, la idea sigue ahí. No la considero ya extraordinaria, apenas rescatable.

Las horas avanzan y cuando el sol se ha ido, lamento no haberla escrito. Inevitablemente llega un punto en que la he olvidado por completo y a veces pienso que tal vez no era tan mala, que merecía una oportunidad.

Adoro las vacaciones. La foto del principio es gratuita.

sábado, 23 de abril de 2011

La parte positiva del calor

Las semanas que el país ha vivido bajo un calor inmenso dejan sólo un deleite: la vestimenta de las mujeres. Altas temperaturas que se aguantan por la recompensa que supone ver las faldas que el resto del año permanecen guardadas. Algunos se quedan embobados por el desfile de escotes, algo perfectamente entendible, y otros por el de las piernas (también entendible) lucidas bajo los shorts tan socorridos en la época. Yo en cambio, sin afán de hacerme el original, porque también me gustan los escotes y piernas, siendo debilidad por una parte del cuerpo, a mi gusto, infravalorada. Me refiero a los brazos, dos extremidades delicadas que deberían incluirse entre las partes más valiosas de la anatomía femenina.

Las camisetas sin mangas que en los hombres dan asco, en las mujeres quedan perfectas, volviéndose un verdadero placer para la vista. Unos brazos bien torneados son tan dignos de admirarse como unas piernas bonitas. El problema es que no cualquiera los posee. La suavidad que las féminas tienen en dicha zona hace que algunas, con el paso del tiempo, desarrollen flacidez que termina haciendo que la piel les cuelgue. Algunas, en un afán de remediarlo, quedan peor, ya que al ejercitarse en exceso, dejan una apariencia musculosa asquerosamente... masculina.



Arriba tenemos a Manuela Arcuri, una dignísima representante en cuanto a material braseril, se refiere. La belleza en la zona es de vital importancia. De poco importaría su rostro angelical y figura de ensueño si no tuviera dos brazos que estuvieran a la altura de enmarcarla. Ahora bien, si usted piensa salir a la calle con una blusa de tirantes, procure depilarse las axilas con cuidado: nada tan anticlimático como verlas pobladas de vello incipiente. (El que nace sobre el brazo puede verse bien, siempre y cuando no se asemeje a una alfombra)

Ahí lo tienen, urge revalorar la magia que hay entre la mano y el hombro. Quienes no se consideren agraciadas en otras partes del cuerpo, miren sus brazos, quizás tengan un atractivo del que no se han percatado. Así que echen las mangas largas al fuego, salgan y luzcan lo que tienen, que el clima y nuestros ojos lo requieren.

jueves, 21 de abril de 2011

Hay un blog


Lo leo desde que inicié el mío. De hecho este lo abrí inspirado por él. Jamás le he dejado un comentario. Ni mandado un mail. Si miran la lista de links que tengo aquí no lo encontrarán. Y eso que es mi favorito. Habré leído por lo menos dos veces cada uno de los 300 y tantos posts que tiene (no es tan prolífico). Es mi modelo a seguir. Si él escribe, yo escribo. Si él deja de escribir yo me abstengo de hacerlo. Cuando dejé este blog por un periodo de varios veces mentí: no había ninguna razón personal. Lo abandoné porque él lo había hecho. Y cuando regresó, yo también lo hice. A diario estuve entrando para ver si había vuelto. Lo hice por 8 meses, hasta que finalmente volvió. Cada post que ustedes han leído aquí tiene su paralelo allá. Si en la bitácora que les platico hay un texto sobre deportes yo vengo y hago lo mismo. Si hace uno sobre mujeres, procuro replicarlo. Si se queja de la Universidad lo reafirmo. Nadie conoce ese blog. No tiene ni un comentario. Será que soy el único lector. Si nadie se ha dado cuenta es por algo. Jamás ha dicho de qué país es, intuyo, eso sí, que es mexicano. ¿Cómo es? No lo sé muy bien, en su foto tiene los ojos tapados. Tiene entre 21 y 23 años. Es un poco solitario. Le gustan los Ramones y los Stones. Hasta donde tengo entendido es un muchacho sensible. Y yo no comento en su blog por temor a que entre al mío y se dé cuenta de todo. Encima si lo hago, corro el riesgo de que deje de escribir como escribe, y eso me dejaría sin materia prima.

Ahora escribo este post porque él ha escrito uno igual. ¿Me leerá?

lunes, 18 de abril de 2011

En un sueño

Iba así:

El barco estaba en la mitad del mar. El sol pegaba fuerte, yo acababa de despertar. Salía a tomar el aire. En la cubierta una pareja de ancianos tomaba el sol. Del otro lado, un niño miraba reflexivo el horizonte, cerca de él había una canasta con canarios. Fuera de eso, parecía abandonado. Tenía la sensación de que sería un viaje largo. Me sentía incómodo por no tener a nadie de mi edad cerca. De pronto, un volcán salía del agua. Explotaba, salía una gran cantidad de lava que caía al mar, ahora nos rodeaba vapor. Empecé a escuchar ruido, alguien salía del sótano, era un comitiva de unas 30 personas. Mujeres y hombres, vestido de manera diferente. Uno era el capitán, había azafatas, marineros, un hombre de traje, vaqueros, pintores y un granjero. El capitán me preguntó: -Dime quién eres. Del bolsillo saqué mi pasaporte y se lo mostré. Se empezó a reír.

-Te hice una pregunta, ¿quién eres?
-Aquí puede verlo.

Puse el pasaporte entre sus manos, le tuve que abrir los dedos. Luego de volver a reírse lo lanzó por los aires. Cayó en el mar.

-¿Quién eres? ¡Dime quién eres!
-Tranquilo, hombre.

El resto de la comitiva repetía la pregunta. Primero anárquicamente, después al unísono.

Todos:

-¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?

No sabía qué responder. ¿Quién soy? El niño y los viejos habían desaparecido

-¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?
¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES? ¿QUIÉN ERES?

Gritaban. Corrí. Me perseguían. Tuve que encerrarme en mi camarote. Empezaron a golpear la puerta, estaban a punto de tumbarla. Yo me había acostado intentando dormir. Despertaba en una castillo donde todos ellos estaban a mis órdenes.



sábado, 16 de abril de 2011

El futbol me pone sentimental

No puedo negarlo, por más que decir "odio el futbol" sea junto con "soy ateo" la frase clave para ser recibido en el mundo "intelectual", hay algo en ese deporte que me emociona como niño. Hoy me puse a ver el Real Madrid vs Barcelona e internamente me movió como ninguna película ha hecho en mucho tiempo. Como he hablado poco del tema, tengo que decirles que el Madrid es mi equipo favorito de España. Aquí en México desde que Rafael Márquez fue fichado por Barca, se puso de moda irle a ellos. Yo no pude. Desde que soy pequeño he visto fantasía pura en la onda de los llamados Galácticos. Mucho se les critica que son cartera antes que futbol, y que los triunfos del Barca tienen más mérito por hacer uso grande de su cantera. A mí eso no me importa demasiado. El dinero proviene de la afición, y si un club genera tanto es por algo. Para mí el Real Madrid representa estabilidad. Cuando el equipo más ganador de la historia anda mal, el mundo se desequilibra. En tiempos donde se extraña la normalidad resulta feo ver que equipos de segunda categoría tengan éxitos que a los madrileños se les niegan. Además, qué quieren que les diga, la excesiva (¿o falsa?) humildad de los culés me provoca arcadas. Guardiola me parece un técnico excelente, pero siempre preferiré la honestidad de Mourinho. Y hay detalles que hacen que no me compre el señorío del que tanto hablan (ejemplo 1, ejemplo 2, ejemplo 3, ejemplo 4). El club catalán, así como sus aficionados, caen en las mismas prácticas que luego van y critican a los merengues, aunque cuidándose de hacerlo de una forma velada, o hipócrita, si quieren. Sería idiota negar los méritos que les corresponden, pero hay que recordar que el futbol tiene más de 5 años de historia. Aun con los grandísimos últimos 7 años que han desplegado, me entristece un poco que los niños de ahora tiendan más al blaugranismo que al merenguismo. En fin, el partido estuvo bueno, cada uno a lo suyo. Mou sabía que no podía ponerse con Sansón a las patadas. Salió reservado. El Madrid estuvo ahí contenido, el principal objetivo era que el 5-0 no se repitiera, y lo lograron. El juego subía en intensidad hasta que vino el error de Albiol con el que todo parecía caer de nuevo. Luego un penal polémico cobrado por Cristiano emparejó los cartones. Debo confesar que no me era difícil pensar que lo fallaría. La presión era demasiada, antes Messi había anotado por esa vía y CR7 sabía que no estaba dando su mejor partido. Por si fuera poco, jamás había marcado frente al Barcelona. Me alegró que lo metiera . La parte psicológica es importantísima y este empate da una perspectiva diametralmente diferente rumbo a los tres próximos encuentros de la que hubiera dado la derrota, por más apretada que ésta fuera. Ahora no veo tan imposible la victoria en la Copa del Rey, y que en un descuido se pase a la final de Champions. Ya veremos, el Barca es un gran equipo y tiene a seis o siete de los 20 mejores jugadores del mundo.


Y ahora, aprovechando el título del post, una pequeña lista. Top 3 de momentos futboleros que me ponen sentimental.


3.- Gol de Maradona vs Inglaterra. Mundial de 1986.

Este gol es tan grandioso que no importa que ame a Inglaterra y que Diego me caiga tan bien como un yunque sobre el dedo chiquito del pie. Es sencillamente impresionante. Me pone la piel de gallina cada que lo veo. Quien lo compare con el gol de Messi al Getafe no se ha enterado de nada. Aquel incluso es más pulcro, rápido y con un marcaje más incisivo por parte de la defensa. La diferencia está en el escenario. Anotar en un mundial a un rival que trasciende al futbol (Malvinas, anyone?), con el estadio lleno y el sol en pleno no tiene precio. La caída del final incluso le agrega dramatismo. Qué decir de la narración de Víctor Hugo Morales. Un hombre que con pura determinación define una eliminatoria. Un hombre que, cuatros años después, le da una alegría a su pueblo que un conflicto armado les había negado. Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste? Snif.


2.- Final Champions League 2005. Liverpool FC vs Milan AC.


Decía Albert Camus que lo que sabía con mayor certeza de la moral y de los deberes del hombre se lo debía al futbol. Yo con este partido aprendí bastante. En ese entonces me encontraba en el último año de la secundaria y no era un apasionado del futbol europeo. Mi afición por el balonpié se resumía a los partidos de la selección mexicana y a los del Necaxa. Vi ese partido porque, bué, era la final y se hablaba de ella, y no quería quedarme atrás. No me sabía el nombre de ningún jugador aparte de Kaká y Shevchenko, ambos del Milán, equipo al que le iban a mis amigos. No obstante, decidí apoyar al Liverpool, claro, por los Beatles. El partido fue increíble. Al medio tiempo los italianos iban 3-0. Previamente habían goleado al Inter y dejado en blanco al Manchester United con todo y a Van Nistelrooy que fue campeón de goleo. Sobra decir que el panorama era desolador para los Reds. El Milán ataca como demonio y defendía igual. Pero algo pasó en los vestuarios ya que el equipo no se rindió. Al minuto 54' un tal Steven Gerrard marca de cabeza. Momento crucial: después de anotar, levanta los brazos animando a sus compañeros, como diciendo "vamos, todavía se puede". Ahí algo hizo clic. Inició mi fanatismo por el Liverpool que descubría, además de música tenía futbol. Casi de inmediato llegó el gol de Smicer, un jugador ahora anónimo, y el de Xabi Alonso, que resume lo que fue aquella noche en menos de un minuto: falla el penal, pero no se rinde y lucha hasta llegar el balón para volverlo a intentar logrando, ahora sí, meterlo entre las redes. Ese día aprendí que nunca hay que bajar los brazos, al contrario, en las situaciones adversas deben levantarse tal y como hizo Gerrard. Al otro día amanecí siendo un Red más en el mundo.


1. You'll Never Walk Alone.

Pongo ese video como pude poner cualquier otro. Este curiosamente es de un partido contra el Real Madrid, al que también quiero pero no tanto como al Liverpool, la única escuadra capaz de conmoverme hasta las lágrimas. Sí, no me apena decir lo que me causa este Club, y no lo hace sólo por lo que pasa en el terreno de juego, también por lo que pasa fuera. Lo digo por la afición que tiene, y por la manera increíble en que interpretan su himno, "You'll Never Walk Alone", cada semana. La canción no fue originalmente futbolera, es más, ni siquiera es británica. Fue compuesta a mediados de los 40 en Estados Unidos para un musical llamado Carousel, luego vinieron decenas de covers, siendo determinante la de Gerry & The Peacemakers, gracias a la cual todo Liverpool la conoció y adoptó como himno. La letra es hermosa, inspira a seguir adelante sin importar las dificultadas que se presenten. Y cuánto pesa. Ninguna versión le llega a la de los Kopites. Atención a esta otra grabación, que youtube no me dejó embedear. Es una canción que me hace llorar. Cada afición piensa que es la mejor del mundo, pero sólo la del Liverpool, con toda su nobleza, tiene razón.



lunes, 11 de abril de 2011

2 años en Twitter


Si alguien me preguntara qué es Twitter y cómo se usa no sabría qué responder. Sí, podría decir lo de siempre, "es una red social", "son pequeños mensajes de 140 carácteres", mas no encuentro cómo eso pueda resultarle atractivo a una persona. Yo mismo llegué a ser un detractor del servicio, no le veía chiste algo que parecía tan insustancial y breve. Abrí una cuenta no sé bien por qué. Los primeros días son los más complicados pero también están cargados de un encanto difícil de describir. Tuitear es tan fácil como saber escribir y dar clic. Un medio tan relajado te da la oportunidad liberarte de la pesada carga de auto-censura que muchas veces (al menos en mi caso) te das en un blog. Aunque no sea obligatorio, en un blog de cierto modo te exiges de más. Eso está bien en algunos casos: el esfuerzo es parte de la vida y el mérito no existe sin su compañía. De nada sirve atormentar al mundo con más basura cuando ya estamos abarrotados de ella. Viene de perlas poner un ligero parámetro que sirva de base para no hacer perder tiempo al lector. En Twitter es diferente. La mayor parte del contenido es una chispa, un pensamiento que surge repentinamente y que debe ser escrito antes de que se apague. La rapidez y la brevedad otorgan algunas concesiones. Es tal el volumen de mensajes, que existe la seguridad de publicar algo sin pensárselo mucho. El resultado es magnífico; al no filtrar las ideas, éstas brotan de manera natural, y por ahí logran colarse verdaderas genialidades. Un tweet no se piensa dos veces, fluye y en raras ocasiones se corrige. Más de una vez, segundos después de haber escrito uno de estos mensajes, se me ha ocurrido una mejor forma de expresarlo, pero lo dejo así por tratarse de la idea pura, algo ya lo suficientemente fascinante. Se trata algo cercano a la conversación escrita con la ventaja que supone dirigirse a decenas de personas en lugar de una. Hace años dejé de usar el messenger de manera habitual. Lo uso únicamente en ocasiones especiales (trabajos en equipo, mayoritariamente) y con personas ídem. A sabiendas de las ventajas que da la intimidad de ese servicio, prefiero gastar las palabras en donde exista un público verdadero. No es exhibicionismo, ya que rara vez doy a conocer información personal, simplemente se trata de compartir y convivir. Los demás te entretienen a cambio de que tú hagas los mismo con ellos. Y créanme, entrar a las tres de la mañana para ver que un puñado de sujetos están también despiertos te hace sentir menos solo, aun cuando éstos simplemente esté comentado sobre el plato de cereal que degustan en ese momento.

Hace una semana desactivé mi cuenta de Facebook. Entré en crisis y repentinamente me fastidié. Llegará el día en que regrese, lo sé. Sin embargo no podría hacer lo mismo con Twitter. A pesar de que lo haya pensado en más de una ocasión, me dolería mucho borrar la cuenta y perder de vista a un puñado de gente valiosa. De esa que no crees que exista hasta que la vez evidenciándose en el timeline. Muchos no le agarran la onda simplemente porque no siguen a la gente adecuada, y porque bueno, irónicamente no cualquiera está hecho para algo tan sencillo. Twitter es pura sustancia y vísceras. No todos las tienen. Cualquiera puede abrir una cuenta de FB, y cualquiera con las curvas suficientes puede exhibirse en Metroflog. Pero no cualquier pelafustán logra, a base de ingenio y mensajes, hacerse de seguidores, así como no cualquiera logra mantener un blog por un tiempo mayor a tres meses. Lo dije una vez ahí mismo, Twitter es la red social en donde menos importa la imagen y las fotos. Da igual que estés buena o seas feo (aunque existan muchos que den follow por un avatar en el que salgan chichis). Se reduce a lo mínimo, a nuestra personalidad en acción. Y aunque a ratos pueda parecer una página meramente onanista, la clave está en la colectividad. Sería terrible escribir sin ser leído y ser leído sin poder leer. No tendría caso, si fuera sólo por escribir bastaría con sacar la moleskine y ponerse a garabatear. Hay días provechosos en los que es suficiente entrar para ver qué dicen lo demás. Encuentras noticias, información interesante, frases, aforismos, poetuits, risas, videos, canciones, palíndromos, etc. Ahí somos hormiguitas construyendo algo grande. Impresiona que algo en esencia limitado sea al mismo tiempo tan rico.

Como ningún otro medio me ha servido para conocer a personas fantásticas. De esas que te hacen preguntar, ¿Qué hace un tipo tan creativo siendo explotado en un cubículo? En fin, mi experiencia ha sido completamente satisfactoria. No tengo más que palabras positivas al respecto. No obstante, no lo recomiendo entre mis conocidos, ya que como he dicho: no es un lugar para todos. (Y para poder burlarme a sus espaldas, claro.) Para terminar, comparto con ustedes algunos de mis tweets favoritos. Primero los de otras personas y luego una selección de los míos con sus respectivos enlaces.

***


La Navidad sí es mágica. Uno pierde la cintura de avispa para obtener una cintura de obispo. - Atropinaa.Los solteros fumamos para mantener ocupados los labios. -Cocainelil.
Queremos el poder y la gloria y desfile con lluvia de papelitos, pero no nos queremos quedar al final a barrer.-Lehecatomb.

No se enamoren de alguien que use mucho maquillaje, la falsedad no se lleva bien con el amor. -GabsBipolard.

Hoy amanecí con ganas de inventar un gel para cabello que se llame "Yeah". ¡Gel Yeah! -Soybienviernes.

El sarcasmo no se proclama, transmina a pesar de uno. -Rufianmelancoli.

Los ateos sólo existen porque no me han visto como Dios me trajo al mundo. -MsChanandler.

Los principios quedaron atrás hace mucho tiempo. -LeoAgusto.

Me gustaba más cuando todos mis problemas eran algebraicos y no existenciales. -Cocainelil.

Lo malo de tener la mente abierta es que todos insisten en meter y acomodar ahí sus cosas. -Jannobannano.

Y Dios creó al cerdo y vio que era bueno. Y entonces el hombre creó el tocino, y Dios sintió envidia y creó el colesterol. -Geekrard.

¿No les pasa que no invitan a nadie a su casa porque les da pena que vean que está hecha una mierda? Yo por eso no invito a nadie a mi vida. -Cintacanela.

Podría dar una conferencia magistral sobre no saber qué decir. -SofTellez.

Se están muriendo los escritores. ¿Los lectores? Esos se murieron hace mucho. -Chicosintuiter.

Doctor Octopus, Doctor Doom, Doctor Strange... hasta para ser villano se necesita un pinche posgrado. -Cuittah.

Soy voyeurista cuando nadie me ve. -labiosfera.

Para entender la vida no se necesita un sexto sentido, con el sentido del humor es suficiente. -8760r.

Me gusta preguntar el precio de cosas caras que nunca me voy a comprar. me hace sentir que ahorro un montón. -8760r.

El verdadero problema es que desde niños nos enseñan a colorear sin rebasar las líneas. -Tumeromole.

Qué gracioso que seas para mí y estés con alguien que no soy yo. -Hartatedemi.

Cópiame, pero no me pegues. -Ciervovulnerado.

Mi padre me lo advirtió: En algún momento tienes que elegir si quedarte donde más te aman o quedarte donde más amas. -Ciervovulnerado.


Soy tan guapo que vuelvo ''locas'' a los hombres. -Canciondeviento.

La tragedia romántica de esta generación consiste en enamorarse de gente con la que no se tiene en común ni el huso horario. -Cocainelil.

Miren, el sexo es como los juegos de cartas. Cuando puedes juegas poker y cuando no, solitario. -Cocainelil.

Mi corazón es talla XL. A todos les ha quedado grande. -Leilanuki.

El novio perfecto no toma, no fuma, no miente. Y no existe. -Leilanuki.

Con las ideas políticas hay que ser promiscuo. Eso de casarse con una sola, atrofia el intelecto y reseca el espíritu. -RockStroke.

La anemia intelectual se cura leyendo, viajando, alejándose del confort de los rebaños endogámicos, esas orgías insanas de elogios mutuos. -RockStroke.

Porque los libros, para conservarse, deben abrirse. -Selvah.

La imaginación es mi medio de transporte preferido. -Lucy_McCartney.

Andar en bici es volar con los pies sobre la tierra. -Marine_hg.

El corazón es una habitación, que no debe dejar entrar a nadie cuando está desordenado. -Leilanuki.

El sarcasmo es el primo patán de la ironía. No entiende nada pues se pasa de listo. Es muy pobre: vive del crédito que le dan los timoratos. -Aasiain.

Errar es divino, humano es negarlo. -Aasiain.

Te extraña el primo de un amigo. -Illbethewind.

Toda la mierda que pisas en el camino se te quita sólo si sigues caminando. -Ashauri.

Soy la que te va a presentar a tu canción favorita. A mí me puedes olvidar, a ella jamás. Y en ella me quedo a vivir para siempre contigo. -Ultimotema.

Gracias al tuiter descubro que todo lo que quiero decir mide 150 caracteres. -F_solorzano.

Las ardillas son ratas con peinados chidos. -Indiegena.


Me gustaría poder distinguir los novelistas buenos de los malos. Pero nomás me sale diferenciar entre los que te desvelan y los que no. -Rufianmelancoli.

Me gustaría morir como mi abuelo: mientras dormía. No como los pasajeros del autobús que él iba manejando: gritando de terror y todo eso. -Finisimapersona.

Debería venderle mi alma al Diablo, él es el único que a estas alturas me daría algo por ella. -_Pixie.

Tolero un disco mediocre si tiene una canción hermosa. Tolero a la gente porque sé que tú estás en alguna parte de la multitud. -Diamandina.

Hay gente que si realmente dijera lo que piensa siempre estaría callada. -Diamandina.

Si la vida te da limones, ¿todavía esperas que te dé también un exprimidor? No hay que ser tan malagradecidos. -Ladandy.

Desde que Nietzche mató a dios no han recogido el cadáver. -Macakuaya.

Siempre terminan odiando lo primero que amaron de tí. -Yarelibaas.

Odio identificarme así con un personaje porque entonces, toda la novela me duele. -Memmisaurus.

No tener la primera clase es entrar tarde y no tener la tercera es salir temprano. No tener la segunda es la más grande tentación. -Reginula.
                                                                                                                                                                                                    Habiendo tantas formas de perder el tiempo yo siempre elijo pensarte. -Mirabien.

                                                                                                                                                                                                    Me gustaría poder recordarte como cuando apenas te conocía. -LaSeductra.
                                                                                                                                                                                                    Creo que se juzga cruelmente a los ermitaños como egoístas y, me temo, muchos son lo opuesto. Aislarse es síntoma de empatía excesiva. -De_efe_Salerosa.


                                                                                                                                                                                                    Nota: Seguro se me escaparon decenas de grandes personajes y tweets. Para hacer la pequeña selección me agarré de Favstar y de los que tenía estrellados, pero no puedo ver los más antiguos Incluiría otros tantos si no fuera porque uno debe medirse.

                                                                                                                                                                                                    ***

                                                                                                                                                                                                    ***¡Tweets favoritos de Bigmaud escritos por Bigmaud!***

                                                                                                                                                                                                    El chocolate es el asfalto con el que rellenamos nuestros baches anímicos.
                                                                                                                                                                                                    Se necesita una buena lupa para distinguir la comodidad del conformismo.

                                                                                                                                                                                                    Las prostitutas no tienen partes í­ntimas, tienen partes públicas.

                                                                                                                                                                                                    ± Aquí yace un signo matemático.

                                                                                                                                                                                                    Habrá gente que te siga sólo para pisarte los talones.

                                                                                                                                                                                                    El genio de la lámpara dejaba mucho que desear...

                                                                                                                                                                                                    Padezco de un especie de hipocondrí­a pasiva: pienso que todos los demás están enfermos.

                                                                                                                                                                                                    Los infomerciales tienen tan poca credibilidad, que tienen que ponerlos a la hora en que estamos medio dormidos.

                                                                                                                                                                                                    Puntos suspensivos, la onomatopeya del silencio.

                                                                                                                                                                                                    Las adicciones son inevitables, sólo hay que escogerlas bien.

                                                                                                                                                                                                    Los mosquitos violan la piel dejando pequeños embarazos de comezón.

                                                                                                                                                                                                    Si yo fuera un libro, mi dedo serí­a el í­ndice.

                                                                                                                                                                                                    La fealdad de las langostas reafirma la idea de que lo más importante está en el interior.

                                                                                                                                                                                                    El anillo matrimonial no significa nada, deja todaví­a diecinueve dedos disponibles.

                                                                                                                                                                                                    Respecto a la vida: espero que Dios tenga una buena explicación.

                                                                                                                                                                                                    Hay una cosa positiva de los lunes: es el punto más lejano de otro lunes.

                                                                                                                                                                                                    Cada que alguien recuerda a John Lennon con "Imagine", una paloma blanca choca contra un parabrisas.

                                                                                                                                                                                                    Faltan establecimientos a los que uno pueda ir para estar solo.

                                                                                                                                                                                                    Para alcanzar la simpatí­a de la gente hay una ví­a breve: la humildad. Para ganarse enemistades también hay un camino cortí­simo: el éxito.

                                                                                                                                                                                                    El botón trabaja mejor bajo presión.

                                                                                                                                                                                                    Ser tolerante significa mantener la intolerancia en secreto.

                                                                                                                                                                                                    Al trabajo se va con corbata para estar en sintoní­a con la asfixia.

                                                                                                                                                                                                    Una lástima que pudiendo hacernos guapos, Dios tuviera la puntada de hacernos a su imagen y semejanza.

                                                                                                                                                                                                    Tirar la toalla es un recurso que sólo se debe utilizar cuando ya nos hemos secado por completo.

                                                                                                                                                                                                    El ronquido es el motor de los sueños.

                                                                                                                                                                                                    De haber sabido cómo sería la vida, hubiera dejado que otro espermatozoide fecundara.

                                                                                                                                                                                                    Faltan establecimientos a los que uno pueda ir para estar solo.

                                                                                                                                                                                                    El primer paso para dejar de ser alcohólico, es SER alcohólico.

                                                                                                                                                                                                    Una coma mal puesta es como un perejil en el diente.

                                                                                                                                                                                                    El humor negro es mayoritariamente gris.

                                                                                                                                                                                                    La mayorí­a de mis textos son un pretexto para usar el punto final.

                                                                                                                                                                                                    Es difícil diferenciar a un realista de un pesimista.

                                                                                                                                                                                                    Al Kamasutra deberí­an ponerlo en la sección de ciencia fricción.

                                                                                                                                                                                                    De haber sabido cómo serí­a la vida, hubiera dejado que otro espermatozoide fecundara.

                                                                                                                                                                                                    Cuando muera quiero que mis cenizas sean extras en una pelí­cula de Woody Allen.

                                                                                                                                                                                                    Los libros de superación personal son lo horribles cimientos gracias a los cuales se sostienen las librerí­as.

                                                                                                                                                                                                    Le llamamos convivencia al hartazgo paulatino.

                                                                                                                                                                                                    Es aburridí­simo acurrucarse en la cama. Siempre me quedo dormido.

                                                                                                                                                                                                    Hay un momento en el que me siento querido, estoy alegre, con ilusiones, y hasta optimista. Generalmente ocurre antes de despertar.

                                                                                                                                                                                                    El museo de la ignorancia se llamará "El muceo".

                                                                                                                                                                                                    Las faltas ortográficas hacen ver a una palabra como pirata.

                                                                                                                                                                                                    Muchos poetas malditos, son más bien poetas malitos.

                                                                                                                                                                                                    De mi madre sólo heredé la vida.

                                                                                                                                                                                                    Harina: la cocaína de los gordos.

                                                                                                                                                                                                    La familia lejana es aquella que sólo te llama cuando hay problemas o cuando hay fiesta.

                                                                                                                                                                                                    La clave es escribir de lo que sabes y leer de lo que ignoras.

                                                                                                                                                                                                    San Chárbel es el Santa Claus de los niños que se portan mal.

                                                                                                                                                                                                    Los nacionalismos desaparecerán cuando llegue la primera invasión extraterrestre.

                                                                                                                                                                                                    Hablar es el método más efectivo para que el otro se calle.

                                                                                                                                                                                                    Tener sexo es la única forma legal de invadir propiedad privada.

                                                                                                                                                                                                    El divorcio es el retorno en la carretera de las relaciones amorosas.

                                                                                                                                                                                                    Un racista es alguien que se apresura a echarle crema al café.

                                                                                                                                                                                                    No pienses en mí, me conformo con que pienses.

                                                                                                                                                                                                    Los mejores vecinos son los que tienen abandonada su casa.

                                                                                                                                                                                                    El insomnio es el mejor remedio para no tener pesadillas.

                                                                                                                                                                                                    ***

                                                                                                                                                                                                    De los míos no pongo el link porque...pues qué flojera, además algunos son viejísimos. Sirva el egotrip pues, como una celebración a estos dos años en Twitter. Espero la adicción me permita cumplir muchos más.

                                                                                                                                                                                                    miércoles, 6 de abril de 2011

                                                                                                                                                                                                    El ring-ring otra vez...

                                                                                                                                                                                                    El teléfono sonó dos veces mientras intentaba tomar una siesta. Con el cambio de horario he estado durmiendo mal. Antier fueron dos horas, ayer dormí tres. Una desgracia. Y hoy que me tomo unos minutos para descansar suena el teléfono que tengo a un lado de la cama. Para colmo nadie responde. Digo:

                                                                                                                                                                                                    -Bueno.

                                                                                                                                                                                                    Y cuelgan.





                                                                                                                                                                                                    Sea quien sea el que marca, tengan por seguro de que no tiene ni idea de lo que ha estado pasando por mi vida. De otro modo al menos daría un buenas tardes, o qué se yo. Lo preferible sería que no marcara. En casa soy algo así como el encargado de contestar. Hay otro teléfono abajo que nunca se usa. Nos hemos acostumbrado a que yo conteste. Puedo dejar sonar el aparatito siete, ocho, diez veces. No importa. Sé perfectamente que si yo no contesto nadie lo hará. La mayoría de las llamadas son prescindibles y casi ninguna es para mí. Así que es peor. He pensado desconectarlo o no contestar. Al final sigo haciéndolo por esa mínima posibilidad que siempre existe de que algo importante pueda pasar o de que ocurra algo que deba ser comunicado de emergencia.

                                                                                                                                                                                                    Odio hablar por teléfono. Uno de los primeros textos que escribí fue una diatriba contra el ring- ring que no me dejaba dormir. Dizque era una letra para una canción que nunca concreté por no saber tocar ningún instrumento. Tenía 12 años. Desde entonces la aversión.

                                                                                                                                                                                                    El rechazo podría encontrar explicación todavía más atrás. Una noche mis padres salieron de casa dejándonos a mi hermana y a mí acompañados únicamente de la televisión. Estaba lloviendo fuerte por lo que se fue la luz. Era ya tarde y el teléfono empezó a sonar. Era la primera vez que contestaba una llamada. No me dejaban hacerlo en ese entonces, era muy pequeño. Con la esperanza de que fueran mamá y papá levanté el auricular. Era un niñito inocente. Del otro lado estaba no sé quién de voz fea. Me enredó con una serie de palabras. Decía que era el jardinero o noséqué. Que tenía que ir a la casa pero que se le había olvidado la dirección, que si se la podía dar. Se la hubiera dado si no fuera porque ni yo me la sabía. Así de joven era. No fue la gran cosa, si se fijan, mas la combinación de lluvia, relámpagos, voz amenazante, la ausencia de luz y de padres me tenían atemorizado. Y no puedo evitarlo: relaciono el sonido del teléfono con noticias negativas. Nadie te llama para decir que te ganaste una casa. A menos de que sea una estafa. Les digo, la mayoría de las llamadas son un total sinsentido. Quitando eso queda poco más: están las extorsiones (aquí en la casa lo han intentado 4 veces) llamadas de bancos, y máquinas automáticas que pretenden hacerte recordar que debes pagar. Como si uno no se acordara cada que se preocupa.

                                                                                                                                                                                                    Y claro, está el hecho de no saber quién está del otro lado, o qué está haciendo. Tiene misterio. No saber de dónde te llaman o cuáles son sus verdaderas intenciones. Algo escapa de tu control. Lo malo empieza con un cordial bueno u hola. Puras desventajas.

                                                                                                                                                                                                    Para finalizar sólo diré que quienes hacen bromas telefónicas deberían ser bañados en petroleo para una posterior competencia de lanzamiento de cerillos en plazas públicas.

                                                                                                                                                                                                    domingo, 3 de abril de 2011

                                                                                                                                                                                                    Dos recomendaciones

                                                                                                                                                                                                    Se supone que para el domingo uno ya debe haber terminado las tareas correspondientes a la semana. Toca darse el gusto de descansar. Algunos, alarmados, se encuentran que una vez resultas las labores domésticas (barrer, trapear, etc.) no queda mucho más qué hacer. Incluso la televisión se pone aburrida durante el domingo. Lo que la mayoría quiere hacer es descansar. Y a menos que se quiera aventar un maratón de películas noventeras, la mejor opción para desgastar las últimas horas de ocio previas a la llegada del lunes, sigue siendo internet.

                                                                                                                                                                                                    Sin otro afán que el de ayudar, le paso dos links para que lean aunque sea un poco.

                                                                                                                                                                                                    El primero es a un artículo titulado George Harrison: Invisible y presente, que hace una reivindicación (¿innecesaria?) del guitarrista liverpooliano. Ideal para leer acompañado de uno de sus discos.

                                                                                                                                                                                                    El segundo es a una entrevista realizada a Morrissey por parte de un periodista francés. No se alarmen si vous ne parlez pas français, fue traducida al español para que todos puedan entenderla.

                                                                                                                                                                                                    Detrás de ambos textos está un tal Bigmaud. Pero eso da igual, así que sólo entren a verlos.

                                                                                                                                                                                                    viernes, 1 de abril de 2011

                                                                                                                                                                                                    Uno de los tantos personajes presentes en el transporte público

                                                                                                                                                                                                    Sin importar que considere a lo relacionado con lo "sobrenatural" y las supersticiones una tomadura de pelo, en los últimos días, debido a infortunios variados, le he estado dando vueltas a una anécdota acontecida hace ya varios ayeres (concretamente cuando tenía 15 años) dentro del transporte público.

                                                                                                                                                                                                    En aquellos tiempos ancestrales solía regresar a casa en autobús después de la escuela . Generalmente lo hacía acompañado de dos amiguitos, el trayecto rumbo a la parada era aprovechado para entablar pláticas sobre nuestras bochornosas vidas mientras degustábamos exquisitas bonafinas de bolsita (precio: un peso). Nos turnábamos; dependiendo del día le tocaba a alguien diferente comprar una bonafina para los otros dos.

                                                                                                                                                                                                    Un viernes nublado me llevé la sorpresa de que ni Paco ni Paco (sí, se llamaban igual) habían ido. Pasé las clases y el recreo con relativa diversión. Tenía otros compañeros con los que podía entretenerme. El problema llegó a la salida, cuando sentí el golpe de la soledad. Caminar medio kilómetro en silencio era más de lo que podía soportar. Ahora me encanta, en ese entonces era un ser más sociable. Sin que haya pasado tanto tiempo he cambiado mucho. La bonafina no sabía igual si no había nadie con quien brindar, por lo que apreté el paso, y luego de cruzar el puente peatonal, abordé al primer autobús que pasó.

                                                                                                                                                                                                    Adoro cuando van vacíos, ya que como todo ser pensante prefiero ir sentado cómodamente sin ningún obstáculo humano que dificulte salir de esa bodega rodante en la que a duras penas se puede respirar. Este lo iba... o casi. Dentro, a la mitad, iba una señora de aproximadamente 60 años con rasgos y ropa indígenas. Nada del otro mundo, llamó mi atención nomás porque era la única que iba ahí. Ella estaba de lado izquierdo, yo me senté del lado derecho, dos filas de asientos delante de ella.

                                                                                                                                                                                                    Gráfica Aproximada.

                                                                                                                                                                                                    Los primeros dos minutos transcurrieron con normalidad, por la ventana alcanzaba a mirar el bello paisaje conformado por puestos callejeros y vendedores ambulantes. Nadie más hacía parada, por lo que avanzábamos y avanzábamos. En pleno aburrimiento volteé hacia las nubes, intentando encontrar figuras de animales. Noté que había perdido el don de la interpretación que llegué a tener en mis primeros años. Ahora sólo veía nubes. De pronto la señora de atrás comenzó a hacer ruidos extraños. Ligeros chillidos que el conductor no pareció escuchar. Opté por no voltear para no incomodarla, acaso simplemente estaba amagando con estornudar. Lo malo es que no se detenía, siguió chillando por un rato hasta que para mi sorpresa empezó a hablar sola. No supe qué decía, lo hacía en otra lengua. Podía ser náhuatl o mazahua, imposible precisarlo. Sentí un poco de miedo, ¿había una loca a mis espaldas? Como el conductor permanecía inmutable decidí serenarme. Ni que me estuviera apuntando con un arma, pensé. Ya más tranquilo volteé, ella seguía diciendo no sé qué tanto. Lo extraño es que la señora me estaba mirando fijamente y por su expresión corporal deduje que lo había estado haciendo desde que empezó a gemir. La tranquilidad que tenía se esfumó por completo. Desvié la mirada de inmediato. El que hecho de que la hubiera descubierto parecía darle igual. Siguió hablando, e incluso lo hizo más fuerte. El conductor seguía en su onda, el muy cabrón no tuvo siquiera la decencia de sintonizar una estación grupera para aligerar el ambiente.

                                                                                                                                                                                                    La mujer siguió en lo mismo hasta que llegamos a la zona donde yo me bajaba. Antes de hacerlo, tuve la oportunidad de volverla a encarar. Esta vez, además de de mirarme con los ojos saltones, reía. Se carcajeaba directamente, sin que yo pudiera entender lo que decía. Bajé por la puerta de atrás. Apurado, consternado. Visualmente estaba prendada a mí. Ya en tierra, vi cómo se paraba de su asiento para pegarse a la ventana y seguirme con la vista. Permanecí de pie para que no viera dónde vivía. Movía la lengua y las manos en lo que la velocidad del autobús lograba separarnos.

                                                                                                                                                                                                    Entré a casa y no había luz. Esa tarde se me cayó un vaso de vidrio y mi x-box se descompuso. Un día después perdí la cartera. A los pocos días me enteré de que seis de mis amiguitos, incluyendo a los Pacos, dejarían la escuela en el curso siguiente, para iniciar la preparatoria en un sitio mejor, dejando así a mi pequeña armada de amistades herida de muerte. Por alguna casualidad a partir de ese día mi vida comenzó a descender lentamente hasta llegar a los tiempos actuales, haciendo que, aunque sea escéptico, de vez en cuando todavía siga preguntándome si la señora extraña habrá lanzado algún tipo de hechizo milenario en mi contra.