Bueno, esos antojos suelen ser pasajeros pero mientras duran y no son complacidos nos hacen la vida imposible. Es por ello que soy bondadoso con los antojos, les cumplo sus caprichos sean cuales sean, cosa que nos es difícil porque casi siempre son cosas como chocolates, dulces y demás golosinas. Lo malo sería que un día, por ejemplo, se nos antojara comer clavos o beber petroleo. ¿Se imaginan? no habría escapatoria, tendríamos que aguantar hasta que esa sensación pasara, a menos de que tu deseo para febrero fuera que te hicieran un lavado de estómago.
MOMENTO. INTERRUMPIMOS ESTE LAMENTABLE POST PARA ANUNCIARLES LO SIGUIENTE:
Jojojo, acabo de ver un comercial (publicidad) de una compañía de depilación láser. En el cual Jacqueline Bracamontes, dice algo así como "Depilación de cuerpo completo permanente de por vida por sólo $4.900".
Ja, no recuerdo si en realidad eran $4.900 y pueden ser palabras más, palabras menos. ¡Pero dijo permanente de por vida!, jujuju,nótese que no hay una coma ni un punto entre "permanente" y "de por vida" que pueda justificarlo de algún modo. Pero bueno, hay que entenderlos, quizás lo dijo porque la competencia hace depilaciones permanentes de dos semanas, o porque la cera sólo es de por vida por cinco días no sé. Bah, me pregunto qué malvado escritor la puso a decir eso.
LO SENTIMOS, PERO LA INTERRUPCIÓN ACABA AQUÍ Y USTED TENDRÁ QUE SEGUIR LEYENDO EL ABURRIDO POST ORIGINAL.
Me choca que interrumpan mis posts, ya se perdió el hilo. Ya ni me acuerdo de que les estaba platicando, espérenme voy a ver...
Ah, claro les contaba de los antojos. Y es que hace dos días tuve uno, que me llevó a hacer algo no muy recomendable:
El pasado martes desperté con una sensación que no tenía al dormir, se trataba de un antojo de galletas. Froté un poco mis ojos e hice lo que cualquier persona con antojo de galletas haría: Prendí la tele y me puse a ver Fraiser. Buen capítulo y todo, pero la necesidad de comer galletas seguía ahí. "Ni modo" me dije a mí mismo y me dirigí a la cocina en busca de ellas. El antojo no era específico, por lo que podía comer cualquier tipo de galleta y satisfacerlo.
Busqué y busqué y no encontré. ¡No había ni una mugre galleta!, no lo podía creer, desde que tengo memoria (más de un año) en mi casa siempre ha habido por lo menos una galleta, ya sea de coco o de chispas de chocolate, pero siempre había una galleta. Pero esta vez ni una mísera galleta tirada en el suelo se veía alrededor. Hasta en el refri revisé para ver si alguien había confundido una galleta con un pedazo de carne y lo había metido ahí, pero nada. Y el maldito antojo en vez de desaparecer como comúnmente lo hace, aumentaba.
Me negaba a ir a la tiendita a comprar galletas, no esta dispuesto a viajar los largos siete metros que la separan de mi casa. ¡Ni que estuviera loco!
Pero luego ocurrió el milagro, una cajita misteriosa similar a la de un disco pero más ancha con el dibujo de un bebé recolectando manzanas (es en serio!), se asomaba a lo lejos. Me acerqué y la leí. Esta en inglés pero tenía una etiqueta en español que decía lo siguiente:
Galletas de trigo para bebés dentando. Cont. Net. 130 g
Una lágrima salió de mi ojo derecho (aunque creo que no salen por ahí pero bueno...) y sonreí. Pero antes tenía que revisar la fecha de caducidad como siempre debemos hacer antes de tragar algo. Esto decía el empaque:
Best if used by:
29SEP07BD2
No tenía idea de qué significaba "BD2" que dice al final, pero si estaba seguro de que el 29 de Septiembre ya había pasado. Cobardemente alejé la caja de mí por unos segundos, pero después analicé la situación y en realidad las galletas no caducaban nunca. Lo único que decía es que era mejor si las "usabas" el 29 de septiembre del 07, ni siquiera antes: esas galletas fueron elaboradas especialmente para ser consumidas de septiembre. Yo creo que ha de ser el día de cumpleaños del dueño de la marca pero no estoy seguro. Pero lo importante era que las galletas (repito) no tenía fecha de caducidad, quizás habían sido colocadas en ese lugar por alguno de mis ancestros, en espera de que alguno de sus descendientes las consumiera el 29 de septiembre. Por desgracia me di cuenta de sus existencia hasta ahora.
Para no extenderme mucho, diré que me comí una de esas galletas, que estaban más duras que nada, entendí porqué eran para bebés dentando, les servían para calmar la comezón y para que se deshicieran poco a poco, no para ser mordidas.
Sabían asquerosamente mal, pero está bien, ya no se me antojarán galletas en un buen tiempo.