sábado, 17 de abril de 2010

Vida arte

Una de mis películas favoritas se llama Une homme et une femme. Me gusta mucho por varios motivos; destacaría la fotografía (en todo momento cambiante; dependiendo de la escena se pasa del blanco y negro, al sepia o al color), su estructura dinámica, el soundtrack a cargo de Francis Lai y la belleza de Anouk Aimée. La cinta trata de la naciente relación amorosa entre dos viudos que se conocen en el internado de sus respectivos hijos. Ambos apenas se van recuperando de la pérdida de sus antiguos amores, cuando de pronto, una semi casualidad los reúne. Ella se dedica al cine (su marido muere precisamente cumpliendo su trabajo de stuntman) , y él es piloto de carreras. El caso es que, cerca de la mitad, hay una parte en la que empiezan a tener una plática sobre su relación. Entonces uno de ellos, cita una frase de Alberto Giacometti, el célebre escultor suizo quien alguna vez dijo que si en medio de un incendio tuviera que elegir entre salvar a un gato o un rembrandt, salvaría al gato. "Y luego lo dejaría libre" agregó.

Después de eso viene un diálogo en el que la pareja discute la importancia de la vida sobre el arte, o más bien sobre el objeto, una postura con la que estoy completamente de acuerdo.

No nos damos cuenta, pero a diario convivimos con personas normales,que seguramente nunca trascenderán históricamente. A pesar de ello, el valor de la vida sigue estando por encima de las creaciones. Las obras (esculturas, pinturas, música, libros) son reflejos o representaciones físicas de un pensamiento y trabajo previo, pero la mente que está detrás (el ser) es quien la carga de talento, no el material usado para su elaboración. Cualquiera que guarde la suficiente bondad dentro de sí, siempre preferirá salvar a su semejante que a un ente inanimado..

4 comentarios:

Juan Ramón V. Mora dijo...

Yo salvaría el Rembrandt.

As: Solidarity Forever - Pete Seeger.

Atte: Juan Ramón.

Bigmaud dijo...

Y patearías al gato al salir, cof cof.

pasketa dijo...

quien sabe, gatos hay muchos...

Anónimo dijo...

Por supuesto salvaría al gato, siempre la vida ante que otra cosa.