A veces tomo un baño sólo para activarme. Es común estar despierto pero en un estado semi zombie en el que las ideas no fluyen. Bañarse atrae la buena fortuna, cuando lo hago me deshago de pelusa y polvo que no sirve para nada. Vuelvo a nacer. El jabón que uso impregna superpoderes. No diré la marca porque luego es difícil encontrarlo en las tiendas, para qué quiero competencia.
Conozco a personas que tardan cincuenta minutos en la ducha sin ningún tipo de remordimiento. Yo soy alguien consciente que sólo dura quince dentro con la regadera. Los cinco primeros minutos los uso para lo esencial: el shampoo, rasurar barba, lavarse el cuerpo, cantar, etc. Los otros diez los uso con propósitos de relajación. Simplemente me quedo mirando la pared mientras el agua cae sobre mí. Es un rato que invierto en la meditación, reflexiono si debo comprar una almohada nueva o si debo cambiar los últiles escolares que tengo (una pluma y un lápiz) por otros de mayor calidad. Cosillas así que sólo en un lugar tan privado como el baño puedo hacer.
3 comentarios:
La fría ducha de verano.
Después de la siesta y antes de la fiesta.
O después de la siesta y antes de otra siesta.
¿Zest te vuelve a la vida? Jajaja, buen blog post.
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