domingo, 18 de abril de 2010

Reliquias literarias

Digan lo que digan, sigue existiendo una diferencia entre leer un libro en PDF que directo del papel. Es cierto que lo más importante es el contenido: lo que el autor nos ofrece, sin embargo (llámenme nostálgico, perros) una edición conmemorativa de un clásico siempre estará por encima de un juego de copias de treinta centavos.

Hace unas semanas encargué unos libros a Porrúa y tiempo después cuando me los entregaron lloré de la emoción. Lo bueno es que nadie se dio cuenta porque hacía tanto calor que las lágrimas se evaporaron en cuanto salieron.

Libros sobre colcha floreada (2010)

Esa es la mercancía que amablemente me entregaron. Hago tanto alboroto porque esos libracos son casi imposibles de conseguir hoy en día. Los cuatro son del gran Álvaro de Laiglesia. Uno de ellos es una primera edición española, otro una segunda de 1964, y otro (el azulito) una primera edición mexicana de la cual sólo se imprimieron 2000 ejemplares. Joyitas todo ellos, ninguno se ha reeditado en lustros. Lastimosamente se trata de un autor que ha quedado injustamente olvidado. No hay ni siquiera versiones digitales de su extenso trabajo novelístico. Quizás cuando cuente con un buen escáner, me anime a compartirlos. Total, ya no se encuentran originales, así que mejor ayudar a divulgarlos.

Era tan guapo que tenían que tapar su barbilla para evitar que el lector se distrajera.

Debo reconocerle a Librerías Porrúa que, a diferencia de Gandhi, que vende puros libros nuevecitos cubiertos con plástico asfixia niños, ellos sin perder su naturaleza corporativista, todavía conservan algunos tesoros históricos dentro de sus bodegas.

Nada como leer un libro que es más viejo que tú. Literatura previa a la Beatlemanía.



4 comentarios:

Unknown dijo...

Al rato, cuando todos los libros estén en PDF, yo también voy a llorar de la emoción

ontobelli dijo...

El día que leas los PDF en una pantalla de 52 pulgadas te vas a preguntar porque no las habían inventado antes que la imprenta.

Los libros como objetos también tienen su utilidad. Mi madre los compraba dependiendo el color para que combinaran en el librero. Y siguen siendo útiles para arrojarlos por las ventas a los gatos que hacen ruido.

Pero leer libros de más de un año de antigüedad me hace estornudar por el polvo acumulado.

El papel de Porrua es de tan baja calidad, que al paso de los años se vuelve rasposo y hace corvar la espalda de la desagradable sensación que se siente cada vez que das vuelta a la página.

Bigmaud dijo...

Mary: Regálame un escáner y te prometo tres lágrimas.

Ontobelli: Jajaja, qué violento con los pobres gatos, mejor darles un platito con leche. Qué te puedo decir, es verdad que los libros que combinan con el librero tiene un valor extra.

Saludos-

Stazione dijo...

Wow!! como le hiciste para conseguirlos? yo estoy buscando un par de libros que se dejaron de imprimir hace algún tiempo y tampoco he podido conseguir ni siquiera su versión digital, lo que no recuerdo es si son de Porrua o Santillana...Se los pedi a los chicos de la Ghandi, sin resultados....:S