Las visitas al supermercado me han dado ya muchos temas para escribir aquí. Quienes anden en busca de inspiración deben saber que ésta se encuentra justo entre la sección de carnes frías y el área de juguetería. De nada.
El otro día fui, y, as usual, el detalle más mínimo fue el que atrapó mi atención.
Cerca de área de cajas había un refrigerador que contenía una variedad extensa de bebidas azucaradas. La puerta traía una calcomanía que decía:
Deslizar para abrir.
La instrucción era realmente obvia, sobre todo porque el diseño del refri dejaba poco espacio a dudas. Cualquier persona que alojara un cerebro en su cráneo sabría que si quiere empalagarse con un refresco, lo único que tenía que hacer era hacer a un lado la puerta corrediza. Pero no, seguimos siendo tratados como tontitos por todo el mundo.
Siempre es fácil, las instrucciones te lo dicen todo:
Jale/empuje
Presione para apagar
Refrigere después de abrir
No ingerir
Evite el contacto con los ojos
Introduzca en el microondas durante 30 segundos
Si las molestias persisten, consulte a su médico
Se boicotea al conocimiento empírico. La sociedad es sobreprotectora, sin saber del daño que nos hacen así. Las advertencias son tantas y las instrucciones tan claras que el humanito promedio ha terminado por dejar de pensar como debería. El ritmo de vida moderno deja poco espacio al error. Como ya no hay tiempo para corregir, se busca que todo se movilice a la perfección, sólo que como el hombre (y la mujer) es un ser imperfecto, se le tiene que bombardear para que se mantenga en lo correcto. Y a veces ni así; la misma dinámica en la que nos han hecho entrar, provoca que ahora todo se quiera puesto directo en la mano, sin esforzarse y sin merecerlo.
Hace falta abrir espacio al error. A la prueba y el ensayo. Que se dejen de imprimir instructivos: algunas muertes por el mal uso de lavadoras no caerían mal. Todo se volvería un caos, pero al menos tendríamos una libertad de elección menos manipulada.
Si alguien quiere que su nueva adquisición funcione, que al menos se esfuerce un poco para lograrlo. Que lea libros viejos para saber como ensamblar las piezas; que conviva con su vecino
para que le ayude; que sus hijos se enorgullezcan de él cuando termine.
Se echa de menos la responsabilidad. Que el dinero no sea lo único necesario para alcanzar una meta. Se nos ha malacostumbrado a necesitar de los demás para salir adelante. Ojalá pudiéramos recluirnos en notros mismos, buscar alternativas novedosas para solucionar problemáticas. De ese modo se aportarían distintas visiones que enriquecerían al conjunto.
Tendríamos una vida plural en verdad.
6 comentarios:
:)
Oooh, sí... mucha queja, mucha queja pero fijate que para hacer comentarios pusiste un "Deje su mensaje después del tono. Tiiiiiiiiiit".
Vive y aprende, Ricky, vive y aprende...
La sociedad va muy rápido, no quiere aprender. El sistema actual no contempla errores, todo debe funcionar bien.
Pero es muy cierto lo que dices también; los erroes son parte de la naturaleza del exitir. Adquirir conocimiento, aprender.
Saludos.
Anónimo: :/
Mechi: Nah, lo mío no es más que una ingeniosa trampa. Hay muchos lectores que se quedan esperando a que el tiiiiiiit llegue a sus bocinas.
Erick: Claro, tan bonito que es aprender por uno mismo, más que por lo que te digan los demás.
Totalmente de acuerdo.
Se nos monotoniza el cerebro y no reflexionamos, ya parecemos robots haciendo cosas en automatico, y todos los "por quès" de las cosas bien gracias.
Claro, ojalá se desafiara más a nuestro intelecto
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