Planeaba utilizar la escuela como fuente infinita para crear posts repletos de anécdotas, historias emotivas , percances, rumores etc, etc. Pero como en estos últimos días la noticia más relevante es que ya pusieron jabón líquido en los baños no me queda más que recurrir a otros lugares para poder escribir unas cuantas líneas.
Hoy fui a recoger mi credencial de elector. Al bajar del auto se me cayó el celular al suelo, cosa que nunca me había pasado porque, pues... apenas tengo uno. De todas formas me tardé menos de lo que esperaba; como referencia mi ipod se me cayó por vez primera un año después de que me lo regalaron, y ahora en menos de un mes la calculadora con radio ya conoció el asfalto que hay a las afueras de las oficinillas del IFE. Demasiado pronto, espero vuelva a suceder, es muy divertido.
El caso es que entré valientemente por mi credencial teniendo en mente que seguramente la fotografía que me tomaron no había captado mi mejor ángulo. Y así fue, por lo que dije a la señorita del mostrador que la editaran con photoshop. La muy maleducada ignoró mi petición y me pidió que pusiera el dedo índice en una esponja con tinta para plasmar unas cicatrices que tengo de nacimiento sobre el rectángulo de plástico. ¿Verdad que antes se usaba el pulgar para esos trámites? Ahora el índice ha cobrado popularidad y se ha adueñado del mercado.
En fin, el tema central del post es otro: Mi firma. Verán, nunca me preocupé mucho por ella. En realidad por mucho tiempo no me preocupé por nada. El ritual indica que a los doce años debe comenzar un proceso en el cual durante un sexenio (hasta los 18 años) se debe diseñar, practicar y perfeccionar un garabato que sirva a la postre para pedir la cuenta. O para dar autógrafos si eres famoso. El chiste es que acostumbres tu muñeca a hacer exactamente el mismo trazo cada que lo requieras. Yo me salté esta etapa importante de la vida. Sólo un día que tuve que firmar noséqué improvisé una línea recta con un par de curvas que he adoptado como firma de cabecera. He de decir que está padre y original, parece de pintor bielorruso adicto al crack. Es tan cool que cada vez que la hago me queda diferente. Es imposible repetirla, por eso cuando hoy tuve que firmar varios papeles y el reverso, de la credencial ninguno de los trazos coincidía por completo, en especial el que puse a lado la huella dactilar que estuvo peor que los demás, y que para satisfacción de la humanidad es la que más se nota.
Todos los malos momentos han valido la pena. Ahora estoy contento porque tengo una tarjeta que me servirá para remover cochambre de cacerolas y para echarme aire cuando haga calor. Vayan a sacar la suya, ciudadanos patriotas...sí.
5 comentarios:
Je mi firma en la credencial de elector tampoco se parece a la que hago cuando me hacen firmar cualquier otra cosa, jaja...ni pex, la verdad es que nadie se fija...
Muestra tu firma, anda, anda, me ha dado curiosidad! especialmente porque no imagino un trazo de pintor bielorruso adicto al crack.
Saludos!
siiiiii.. tienes razon yo tengo 24 y un no tengo firma y soy diseñadora jajaa un dia d esos me pondre hacerla.. fijate. besos
Deberías comprarte un morralito o algo así...
saludos
a mí también me sorprendió que usaran mi índice y no mi dedo gordo para la huella, la discriminacíón está de moda.
Yareli: Por cuestiones de seguridad nacional la firma del Austriaco adicto a la salsa Tabasco se mantendrá en secreto.
Alchemist: Ve practicando, llegar a perfeccionar una firma toma seis años.
Annie: Eso es para hippies mejor no.
Nayeli: Díselo al meñique
Tagskie: Caca.
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