sábado, 20 de agosto de 2011

Partidos que te hacen comprar playeras

No me distingo por coleccionar jerseys de futbol. Tengo tres del Liverpool, dos de la selección mexicana (viejísimos, además. Uno de ellos es del representativo Sub-20 de 1998), uno del Necaxa, uno de Mónaco y uno de la Juventus. Los únicos que mantengo cerca son los del LFC. El resto están perdidos en algún lugar de la casa. Tal vez en una caja haciéndole compañía a libros o a alguna licuadora inservible. Al Mónaco nunca le he ido, recuerdo que pedí que me la compraran porque estaba con descuento y era de colores bonitos (siento debilidad por los uniformes que llevan el rojo). Me quedaba grande, me gustaría encontrarla ahora para ver si por fin se me ve como algo diferente a una camisola. La Juve me cae bien, pero jamás le he ido. No sigo la Serie A, y el equipo con el que simpatizo es con el Inter sin que sienta por ellos la devoción que siento por mis verdaderos favoritos, pertenecientes a otras ligas. Un día mi padre se la adueñó (también me quedaba grande) para ir a ejercitarse y luego le perdí la vista. No me dolió mucho. El jersey del Necaxa, según recuerdo, era medio feo, como suele ser la indumentaria del futbolista mexicano. Mi amor por el equipo no fue suficiente para que apenas y la usara en tres o cuatro ocasiones para después extraviarla en el abismo de la mudanzas. Lo mismo con las del representativo tricolor.

Lo de Liverpool es diferente. Las uso de manera constante. La compra no estuvo motivada solo para alimentar el guardarropa, sino porque lo veo como una manera de apoyar al club, aunque sea con unos pesos, a kilómetros de distancia. Me gusta pensar en cómo los aficionados en conjunto son los que hacen posible a fin de cuentas el fichaje de jugadores y la elaboración de proyectos. También tengo una bufanda y una gorra. Las gorras no me gustan. Usarlas, al menos. La compré directamente para apoyar a un equipo que me ha brindado tantas emociones. Si no puedo ir a Anfield, cuando menos quiero aportar algo, por mínimo que sea, para no sentirme como un aficionado polizón que recibe los beneficios de ver partidos sin aportar algo a cambio. Desde luego que no es una obligación, me parece válido irle a un equipo sin necesidad de comprar los artículos oficiales relacionados. Son un costo importante que no cualquiera se puede dar. A mí me pasa, me gustaría comprar cada inicio de temporada los tres uniformes, pero no puedo. Debo seleccionar. Ya al principio daba a entender que mi colección es, por así decirlo, pobre. Conozco personas que poseen decenas de jerseys de diferentes conjuntos donde lo que cuenta no es ya apoyar al que los identifica, sino conseguir el mayor colorido y diversidad posible.

Después del Liverpool, a una distancia considerable, hay otro equipo al que tengo en alta estima. Se trata del Real Madrid. Cuántas de sus victorias me han alegrado, cuántas de sus derrotas me han provocado un dolor en el estómago. Desde hace tiempo vivía con cierto remordimiento, después de años de hacerme pasar por un seguidor, me di cuenta que no poseía nada relacionado con el club. Me apenada en serio. Era sí, un aficionado polizón. Meses atrás me prometí que, en cuanto surgiera la oportunidad, compraría al menos una camiseta para corregir el lamentable estado en el que se encontraba mi compromiso con la institución. Pasaron los días sin que hiciera nada. Solo visitaba las tiendas y me echaba para atrás al ver la etiqueta con el precio.

Eso cambió hoy. Por fin me decidí y compré el jersey blanco. Me saqué un peso de encima y me siento contento al respecto. Además es hermosa, los pequeños detalles en dorado hacen lucir a la prenda como una auténtica joya. Hubo algo determinante para que esto sucediera. Alguien con una tacañería de alto calibre necesita de eventos como el de la reciente Supercopa para dar el paso. Habrá quien piense que es una locura tomando en cuenta que se perdió frente al Barcelona. Pero no, lo que vi en el terreno de juego hizo que me sintiera orgulloso de haber tomado, ya hace años, la decisión de ser partidario merengue. El equipo, con la atmósfera en contra, salió y jugó de manera espectacular. Dominó gran parte del encuentro, se esforzó, luchó y le plantó cara al que muchos consideran el mejor equipo del mundo. Jugaron al límite conscientes de la importancia del club al que representaban. Y por orgullo personal, claro. No olvidemos que es un conjunto con varios jugadores que hace dos años no compartían los mismos colores y que ahora empataban con el nivel de uno que se ha ido formando durante años.

La grandeza del espectáculo quedó opacada por el final. Una pena, porque una serie de equivocaciones extracancha hacen que la mayoría olvide del grandioso partido que se vio antes. De paso recordé el porqué jamás podré irle al Barca, que sí, tendrá excelentes futbolistas pero que, como personas, dejan mucho qué desear. Ojo, soy el primero en reconocer que Mourinho cometió un grave error al picar el ojo de otro ser humano, ojalá se disculpe. Pero él paga esas acciones al hacerse de una imagen negativa. El problema llega cuando cuando los criterios no se aplican con el mismo rigor al Futbol Club Barcelona, el equipo inmaculado querido por los niños. El humilde, el que siempre respeta al rival. Y el que es visto como el bueno de la película aun cuando ensucian el juego de manera velada e hipócrita. Jugadores como Pepe o Marcelo aunque sea tienen el valor de asumir el papel políticamente incorrecto al igual que cargar con sus consecuencias. El segundo hizo una falta dura con el balón en juego. Fue castigado con la expulsión conforme a reglamento. Perfecto. Se le ha criticado bastantante. Ojalá se hiciera algo similar con la banca blaugrana que de inmediato saltó, buscando ejercer una justicia que solo le debe corresponder al árbitro. Además fue una irrupción del tipo violenta. Ahí nació el conflicto. No por una falta que se debió quedar en la cancha. Los primeros en ir a echar guerra fueron ellos.(Insisto que lo de Marcelo fue una falta digna de roja como hay tantas en el deporte que deben quedar en eso) Normal, me parece, la historia reciente ha mostrado la tensión que existe entre ambos. Lo normal sería criticar a los dos. Para que se dé una pelea deben participar dos. Pero la prensa poco comprometida y los aficionados oportunistas que van siempre con el ganador dejan la totalidad de los palos dirigidos a los madridistas. Si se dice que Mou "destroza" al futbol español, ¿por qué no ser igual de severos y críticos con Villa o con quienes exageran el más mínimo contacto para sacar ventaja y condicionar al árbitro?

En fin, prefiero los que van de frente para lo bueno y lo malo. Los que asumen las consecuencias de sus actos y los que en la victoria no faltan al respeto al rival. Esto último es algo que igual debe darse en la derrota y en lo que el Madrid falló. Lo reconozco. Perder es frustrante, más si el rival está instalado en un pedestal celestial que parece inmune a cualquier señalamiento. Eso por no mencionar el hecho de que el calor de un partido lleva actuar de manera desproporcionada. Que se entienda no significa que se solape. Señalo eso sí, la poca objetividad generalizada que enfoca la atención en una de las partes negándose a ver que la otra tiene también que ser incluida en el paquete.

Así es como me vi impulsado a salir a comprar el jersey que les decía. Además mi escuela está repleta de jóvenes con la playera culé, ya es hora de ofrecer algo de resistencia. Tristemente, al menos en México, se ven cada vez menos aficionados del Real Madrid. En la actualidad el panorama está dominado por el United y el Barcelona, que, vaya coincidencia, son los dos equipos que más me provocan aberración. Invito a que quienes tengan indumentaria merengue a que salgan a las calles con ella. Lo mismo con los Reds latinoamericanos. No se escondan. Son tiempos duros, necesitamos permanecer unidos. Que no se olvide la historia, esa que indica quién sigue dominando Europa.

Fotografía tomada con una D300s de 12,3 Mp.

7 comentarios:

Sheliwirini dijo...

Creo que no podría aportar mucho en este comentario pues realmente no soy muy aficionada del fútbol. Alguna que otra vez lo veo, o sólo cuando es la Copa Mundial de Fútbol.
Es bueno que le seas fiel a tus equipos, aún si pierden. Supongo que eso es lo que hace un buen aificonado.

Saludos :)

historyzar dijo...

La resistencia tiene que ponerse. En la actualidad irle al Barcelona es casi una medida de certeza:

La mayoría de la gente que le va lo hace porque es casi seguro que ese equipo gane y uno siempre quiere irle al ganador. (Si no lean comentarios esgrimidos cuando la Selección Mexicana Sub-20 perdió el partido con Brasil y compárenlos con los de ayer)

Yo amo la playera actual del Madrid, es elegante y por sí sola da una idea de la grandeza del club.

Saludos.

Voris dijo...

yo extraño al real Madrid de Zidane, Figo y Roberto Carlos. En cuanto al actual diré que mouh es buen entrenador mala leche, y pepe es un animal de persona.

Bigmaud dijo...

Sheli: Del futbol se aprende mucho, aunque a veces parezca desproporcionado. Aléjate de las personas que piensan que es algo simple, algo de correr tras una pelotita, son personas que no entienden nada.

Historyzar: Ya digo, a la gente le gusta lo fácil, ir con quien gane, subirse al carrito de la victoria y ser feliz con rapidez. Ya no hay esfuerzo, voluntad por apoyar algo y crecer con ello.

Voris: Pepe pasa en un partido de ser el mejor defensa (en la Supercopa tuvo intervenciones espectaculares) a ser un animal. Ojalá consiga controlarse, no perder la cabeza.

Saludos.

Memmis dijo...

Me cuesta mucho trabajo ver los partidos últimamente. La mitad de los jugadores de mi equipos me caen haaarto mal, jajajaja; el equipo siempre será más grande, pero me es difícil echarle porras a idiotas como Piqué, Mascherano o Busquets.

Ojalá esta temporada no haya tantos Clásicos.

Después de decir lo siguiente me callo: las playeras del Liverpool siempre me parecen lindísimas.

A.U dijo...

Te ves bien en la foto.

Yo me compré del River Plate porque cuando era una puber de 13 años tuve a mi 1er amor platónico, un argentino guapísimo muy varonil, alto, aunque de cabello largo como usualmente los argentinos lo son, muy sensual, una voz ronca sabrosa, divino él, qué barbaridad, su hijo es feo (como la esposa de mi amor platónico) pero bueno... me compré la playera por él, para ver al River y de ahí me hice muy fan, aún la tengo, me queda enorme, no me gusta porque no es de mi talla pero era la única que tenian en martí asi que ni modo, todo sea por el equipo, que no?

Fernando dijo...

A mi me paso algo similar con el equipo de Municipal en Guatemala, solo tres equipos me mueven en el mundo, El Culé, Municipal y La selección de Brasil para cada uno tengo sus motivos, El Real Madrid es un gran equipo pero empece a ver fútbol en la era del Dream Team de Cruyff y quede encantado. Saludos de un aficionado del Municipal que es el equipo rojo de Guatemala.