miércoles, 27 de julio de 2011

Las pequeñas cosas

Me tomó años darme cuenta del error que estaba cometiendo. El estar siempre buscando hazañas, grandes acontecimientos y revelaciones celestiales, me llevaron a un estado de constante decepción. Ahora sé que la mayor parte de la vida es bastante normalita, que uno no debe esperar milagros cada cinco minutos y que lo mejor es disfrutar de los pequeños detalles presentes en la vida. Ya no volveré a esperar conversaciones épicas; entenderé que una charla sobre el clima se presta para conocer a fondo a una persona, que el solo hecho de escuchar la voz de alguien más ya es suficiente motivo para celebrar. En vez lamentar el no tener un jacuzzi, lanzaré un grito de júbilo por las mañanas a sabiendas de que en casa tengo agua caliente. ¿Cómo sería bañarse con agua fría? Imagínenlo. Hay millones de personas que viven así, en cambio yo tengo AGUA CALIENTE. Es una tragedia no haber podido ver a los Beatles en vivo, pero hay algo mejor, y eso es tener una conexión a internet donde puedes conseguir canciones, videos, letras y libros sin esfuerzo alguno. Adiós, nostalgia. Hoy alzaré una copa y brindaré por el 2011. Amo haber nacido en esta época. Al carajo los 60, los 70 y lo 80. Los 90 ni estuvieron tan bien como para salir a soltar fuegos pirotécnicos. Los recuerdos nos engañan, el pasado no fue nada del otro jueves. Esas personas que dejamos pasar no fueron tan brillantes, de haber sido así nos hubiéramos dado cuenta en su momento. Joé, hoy al despertar esbocé una sonrisa, ¡Me incorporé sin pisar una tachuela! Revisé la planta de mi pie y en efecto NO HABÍA NINGUNA HERIDA. Bajé cantando a la cocina. Le dije a mi madre "¿no es una maravilla? No tenemos que prender la luz porque el sol entra por la ventana". El sobresalto mayor llegó de inmediato al notar que en el refrigerador había comida. Dios santo, incluso en la mesa teníamos tres plátanos. Saqué leche y le agregué chocolate. Cabe mencionar a los pobres jóvenes que vivieron de 1866 a 1911 que no tuvieron posibilidades como la mía. Regresé a la habitación sin resbalarme en las escaleras. Qué emoción. Una vez dentro empecé a sobar mi cabeza mientras me decía: "nunca te has roto la tibia y el peroné, amigo mío, eres un afortunado". En el escritorio vi un bote de Tajín casi lleno. Joé, joé. Empecé a llorar. Todavía restaban muchas rodajas de jícama en el futuro para que acabara con él. Vi la fecha de caducidad por precaución y entonces respiré aliviado: Agosto de 2012. El tiempo no me presiona, tengo un año para terminar ese chile en polvo. Por otra parte, prender la computadora fue algo celestial. El botón de encendido funcionó a la primera y no equivoqué al poner la contraseña. La pantalla de inicio tardó tan solo 6 minutos en cargar y a partir de ese instante se ha trabado en apenas 8 ocasiones. Uno de los perros entró a mear una de mis camisas, mas tuvo el cuidado de no hacerlo en mi favorita. Le dí las gracias por tan gentil detalle y prometí colocar otras prendas a su alcance para que no fuera a buscar la que más me gusta. Y vengo y tecleo esto en una computadora vieja que a pesar de todos los embates, sigue funcionado. El teclado es una joya tecnológica, todavía tiene 13 teclas que no se han borrado, y de las 8 que se han botado, la de Enter es la única que me causa cierto conflicto.

Ya les digo, ¡LA VIDA ES HERMOSA! ¡DISFRUTEN DE ELLA! ¡TENGAN LUZ EN SU CORAZÓN!

Veremos si mañana sigo igual.

Ayer fue el cumpleaños de Mick. Lamento que me no exista una foto en la que me resulte agradable.

6 comentarios:

A.U dijo...

Tu bote de Tajín caduca en 2011 asi que no te queda un año si sigues las indicaciones de caducidad aunque por otro lado quizá quieras fingir que aún le queda vida.

Tienes razón, creo que debo empezar a agradecer las cosas que podrían parecer tan simples e insignificantes cuando en realidad, si perdiera alguna de esas cosas podría volver mi vida un caos.

Sheliwirini dijo...

Me agradó bastante tu post, como mencionas, debebos estar más agradecidos por las cosas que tenemos y no por lo que no podemos tener. Así disfrutaríamos más la vida y tendríamos más tiempo para hacer otras cosas y no sólo lamentarnos.

Mechicabota dijo...

Yo siempre odié haber nacido en esta época, y no en los 50/60.
Después caí en cuenta de que hubiese sido peor nacer en el 1800, por ejemplo.
Nacimos en la mejor época porque podemos tener lo mejor de los dos mundos.

Bigmaud dijo...

A.U.: Gracias por avisarme, pude corregir lo de la fecha. En tu caso puedes agradecer que los gatos no se han extinguido.

Sheli: En un principio suena como superación personal barata, y no importa porque estoy dispuesto a seguir cualquier alternativa.

Mechi: Sí, nacer en 1800 debía ser horrible. O en esas épocas donde no existían los retretes, imagínate. Octavio Paz decía que "somos, por primera vez en nuestra historia, contemporáneos de todos los hombres", una frase que me aparece atinada para valorar la actualidad, el tiempo que nos tocó vivir.


Saludos.

Guz Guevara dijo...

¡Wow! Ésta entrada tiene un enfoque muy distinto de tus publicaciones anteriores. Más positivo.

PD. ¡Yo si me he roto la tibia y el peroné! (Lo siento, quería compartirlo)

Bigmaud dijo...

En el fondo esta tiene algo en común con las entradas anteriores, pero no lo revelaré. Saludos.