domingo, 24 de julio de 2011

Compañeros del pasado

Cada determinado tiempo me agregan a Facebook compañeros que tuve en la prepa, secundaria y los más aterradores la primaria. Rechazo a la mayoría. No estoy interesado en volver a retomar vínculo con ellos, no tengo curiosidad de saber si se han casado o si ya parieron a un niño. Me cuesta trabajo entender el por qué alguien podría pasar una tarde buscando a personas cuya relación se limitaba a pasar seis horas diarias en el mismo salón con clases tortuosas para el espíritu. Hay amigos a los que sí he aceptado, en primer lugar porque la relación con ellos jamás se desvaneció. Otros en cambio no se ponen a pensar que si el afecto con ellos hubiera sido el suficiente, en primer lugar el contacto no se hubiera perdido.

Tema aparte es el de la gente que agrega a sus maestros. Horror que supera la noñez, entrando incluso en otra categoría especial, ya que no tiene nada que ver con que sean nerds (algunos son bastante imbéciles), sino con el anhelo de aproximarse a esos seres despreciables que dejan trabajos los fines de semana y que arruinan tardes que podrías emplear en ocupaciones tan importantes como la del sueño. Reconozco que hay maestros buena onda a los que no me molesta saludar, e incluso platicar. Pero ni a ellos agregaría en una red social, ¿para qué? ¿para ver cómo son sus esposas? Me daría miedo que se les ocurriera mandar una tarea por mensaje privado o que anden recordando en los muros el material debes llevar al otro día. Eso sin contar otras variables, como la imposibilidad de justificar las faltas con mentiras a sabiendas de que ellos han estado monitoreando tus actividades.

Y lo de los viejos compañeros...joé. Hay dos que en combinado, me han enviado unas 9 solicitudes de amistad. Las rechazo y las vuelven a enviar. Admiro ese tesón que les impide rendirse. Ahí han estado, cada nuevo mes renovando ánimos para volver a intentarlo. Tal vez piensen que si son firmes, tarde o temprano sentiré compasión por ellos y diré: Bah, ya qué, bienvenidos. Puede que hasta lean este blog (recién me he visto alterado al enterarme de que ciertas personas leen este espacio sin que yo pudiera siquiera imaginarlo), de ser así: lo siento chicos, no tengo intenciones de recordar cómo eran esas mañanas en las que aprendíamos el abecedario, ni de platicar de cómo se fueron transformando hasta ser lo que ahora son: seres que no me inspiran ni un gramo de confianza.

6 comentarios:

A.U dijo...

Totalmente de acuerdo contigo

Hace poco tuve una discusión con cierta persona porque tiene agregada a casi toda su escuela, y bueno en la discusión estaba que esa persona admitía que a casi todos ni un hola les dice en la escuela, pero como son de la misma escuela sentía la obligación de agregar y de aceptarlos.

Yo no, yo no agrego a los que no conozco, aún cuando los vea todos los días, inclusive no agregaría a los que estaban en sus cuneros el mismo día en que nací.

El tiempo no es sinónimo de amistad, el compañero que se sentó derás de ti durante los 6 años de primaria + 3 de secundaria y que quizá estuvo en la misma prepa pero otro grupo no lo hizo, no lo hace ni lo hará un amigo, amigo es otra cosa.

Cabe mencionar que a muchos no los recuerdo ni en las fotos de grupos... menos ahora

Pixie dijo...

Jajajajaja te entiendo. Mi prima lleva al rededor de 18 solicitudes de amistad enviadas y aún no se hace a la idea de que no la quiero husmeando mis cosas. Según fb, puedes bloquear a una persona para que ya no te mande solicitudes eso hice con ella y ya no he recibido nada [ya me empezaba a dar lástima]

En fin, sin duda el que una persona te tenga en todas las redes sociales es un arma de doble filo, y un tanto acosador... Lo bueno es que yo no tengo en messenger, sino ya estaría en tu lista negra de gente indeseable.

Saluditos!!

Bigmaud dijo...

A.U.: Uh sí, me faltó mencionar a los tipos que por ir en tu misma escuela debes agregarlos. Los mismos que cuando pasan a tu lado ni te voltean a ver pero que, eso sí, luego te enteras están ofendidísimos porque los has rechazados. Son los peores. Yo no sé por qué no les da pena madar solicitudes a personas con las que no han intercambiando ni un "con permiso".

Pixie: ¡Pobre de tu prima! A lo mejor te quiere mucho. Lo de la familia es un tema complicado, yo igual he ignorado sus solicitudes, me incomoda (y creo ya lo había comentado) tenerlos ahí.

Saludos.

paul dijo...

Más que no responder invitaciones o bien bloquear usuarios se necesita coherencia en tus acciones. Si no querías que te buscaran entonces evita que te encontrara. Dicho de otra manera, ¿para que utlizas FB? como este blog en el cuál cualquier persona te puede escribir... laintimidad la has dejado de lado, o más bien la tendrás en otro lugar (espero) con otra cuenta como blogger.
Si no quieres que te encuentres eres tu quien lo decide.

Cancelar una cuenta de FB es la cosa más fácil. Basta colgar un anuncio de google o publicar una foto tuya en pelotas. Voilà,la decisión es toooooda tuya.

Kareve dijo...

Mi vida sería muy aburrida si no pudiera ver como mis ex compañeros de prepa se hacen ricos y exitosos mientras yo me muerdo las uñas de los pies. Por cierto, me encanta the Breakfast Club y la utopía de que el deportista-popular se enamore de la rara en lugar de echarle sangre de puerco sobre la cabeza.

Bigmaud dijo...

Paul: Hay coherencia en mis acciones, por eso no los acepto. Tu análisis pierde de vista que lo que llegue a hacer por algunos, afecta a todos los demás. Facebook me parece una herramienta útil para tener contacto con quien deseas. Al menos yo no tengo un perfil abierto al público. Si borro la cuenta, perdería contacto con personas que me resultan valiosas. Otra cosa es que existan seres insistentes que no entienden que ya no existe ningún tipo de relación con ellos.

Kareve: Yo quería que el luchador se quedara con la pelirroja. Sí, el personaje de Judd Nelson es el más interesante, pero no quita que sea insoportable. Gran, gran película de cualquier forma.


Saludos.