lunes, 14 de marzo de 2011

Lo conocerás


Llegué 52 minutos tarde al cine. Rompí mi marca anterior que estaba en... nunca antes había llegado tarde al cine. No se debe entrar cuando una película ya ha comenzado. Todos lo saben. Ahora lo hice porque tenía que ir por encargo de la escuela. Era la última función, así que sólo entré por tener el boleto . Era la última de Woody Allen. Habré visto 25 cintas de ese hombre y el rato que alcancé a ver me dejó la impresión de que no está entre sus mejores. No soporté a las personas que reían. Odio que la gente ría en el cine (o en cualquier otro lado) nomás para demostrar que "entendió el chiste". Woody Allen hace reír en silencio.Las carcajadas se quedan dentro. Esta era medio drama y medio comedia. En las partes de drama la gente se reía pensando que era comedia, y en las verdaderamente graciosas (como dos) callaban. No la compraré cuando salga en Blu-Ray. Porque no tengo un reproductor de Blu-Ray.

Pensaba que la función era a las 9:30 pm, y no, era a las 8:30 pm. De ahí que sólo alcanzara a ver los 40 minutos finales. Cuando salí me puse a caminar por el centro. No había salido de casa para regresar tan rápido. Las calles estaban vacías. Alguna silueta por allá. Una más al otro lado. No mucho. Entré a un Oxxo y compré un jugo de Naranja enlatado de 15 pesos. Según esto era natural. La gente me ha dicho que tomo demasiado jugo de naranja, por lo que con cierta autoridad en la materia, puedo asegurar que no sabía a uno natural. Por más que lo intenten siguen existiendo diferencias entre lo recién hecho y lo que no.

Ya sin sed, continué con la caminata. La iluminación de los faros era relajante. Que no hubiera nadie por allí ayudaba bastante. Todo iba normal hasta que al dar vuelta en una esquina empecé a escuchar gritos. Era un anciano que le reclamaba a una pareja de señores que pasaba por ahí.

-Debería darles vergüenza salir a estas horas de la noche. Agarrados de las manos. Besándose. Con esas ropas.

Tenía toda la pinta de ser un indigente. Sus gafas llevaban varias capas de cinta. El traje sucio le quedaba grande, era pequeño. Gritaba como demonio a pesar de su avanzada edad.

-¿Tus padres saben que eres una puta?

Los señores continuaban caminando, medio por miedo, medio por lástima. El viejo, que debía pesar cincuenta kilos, los perseguía.

-Ya no se respetan los valores. En mis tiempos llamaría a la policía para que se los aplacara, ahora tengo que ser yo el que se encargue de esto.

Lo último que vi fue al abuelo intentando separar a la pareja. Con las pocas fuerzas que tenía, intentaba, sin éxito, quitar la mano del hombre de su mujer. Como ya había caminado mucho, me fui.

3 comentarios:

Lon Gisland dijo...

Muy bueno el blog, sobre todo la manera con la que describes las situaciones. :)
Un saludo.

Bedeckt. dijo...

:/...
esto me deja pensando...
Otro saludo
:3

Yareli dijo...

Tampoco me gustó mucho la película, sin embargo, le encuentro un acierto: me irritó justo cuando debía.

Saludos!