Uno de los máximos consejos que se le puede dar a un bloguero en ciernes es que pase lo que pase no debe dejar que su blog esté muerto por más de tres días. Entre más pasa el tiempo más complicado se vuelve retomar el ritmo o callo que se necesita para estos menesteres. Por eso así sea algún chiste malo de gallegos uno debe procurar ofrecer algo que justifique la existencia. Pasa que a veces se le da demasiada seriedad a una simple bitácora por la que nadie te paga, por la que no pagas renta, cuando en realidad hasta la cosa más mínima puede convertirse en un contenido; uno lamentable quizás pero preferible a nada.
Un ejemplo de ello es este post. Es que ya es octubre y no quiero que el día de la raza me agarre de vacaciones.
2 comentarios:
ahora sabes por qué escribí un post de cómo me corto las uñas de los pies.
Me encantó ese.
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