martes, 21 de agosto de 2012

Soñé con un escritor que me gusta

Soñé con este escritor que me gusta.

Debido a que está muerto, es la única forma que tengo de conocerlo.

E iba a su casa a tomar algo. No recuerdo qué. Lo que recuerdo es que, luego de tocar la puerta, me abrió una mujer.

"Lo vengo a ver", le dije. "Pase", me respondió.

Lo primero que vi, fue comida tirada en el recibidor. La mujer trapeaba por ahí lo que era posible.

Siguió a lo suyo sin darme su atención. Fue necesario que buscara a mi amigo yo solo.

Tardé un rato en notar que en el primer piso no había nada. Tuve que subir las escaleras para ver la vida de ropa arrumbada. No pude abrir ninguna de las puertas a la redonda, excepto una de donde salía música clásica.

Y ahí estaba. Igual de viejo que en las fotos, con un cigarro en una mano y con una fotografía en la otra. Lo saludé y me pidió que tomara asiento.

¿Sabes quién es esa mujer?
Es la mujer que amo.
Todos los días viene y limpia esta casa hasta la última ventana.
Va con su pequeño trapo. Frota los espejos con una ternura que deja un reflejo mejor del que había.
La conocí por un anuncio en el periódico.
«Mujer con experiencia en aseo busca hogar en el sur.»
Le llamé. Le dije que viniera. Dejé que se quedara en mi corazón.
No creas todo lo que lees en mi libros. Cambié muchas historias para ser un verdadero escritor.
Soy un hombre limpio. Así que para justificar la presencia de esta pequeña mujer a mi lado, tengo que tirar basura por el suelo antes de que llegue.
Hoy llamé al restaurante chino. Pedí que trajeran el menú del día.
En cuanto el repartidor llegó con el paquete, lo esparcí desde la puerta de entrada hasta mi habitación para darle una ocupación a esta mujer.
Ella no sabe que la amo, que la quiero. Y nunca se lo diré. No cometeré esa atrocidad. Me gusta verla feliz.
A diario le pago con el dinero que junté de todos esos relatos que tanto te gustan. Te lo agradezco.
Me gusta que esté ahí con su trabajo. Saber que en cualquier momento puedo bajar las escaleras para ver a la mujer que amo.
Ver sus manos e imaginar que soy la suciedad que intenta limpiar.

Eso debe ser suficiente para ti.
Ahora brindemos.



3 comentarios:

Pedro Salinas dijo...

Desde la entrada a la casa supe quien era. Y como no...saludos Carlos.

S. dijo...

Yo una vez soñé con poetas. En el patio de mi casa.
Estaban incluso presentes algunos que no me gustan.
Creo que íbamos a algún lado, como esperando en la fila para ir al cielo después de morir.
Le hacía una pregunta muy importante para mi a uno de ellos. Desperté. No sé si respondió. No recuerdo.

Bigmaud dijo...

Pedro: no se le puede confundir.

S.: su respuesta debió ser tan fuerte que te despertó.

Saludos.