jueves, 23 de junio de 2011

Lady In Red

El alto o bajo nivel de idioma inglés que tengo ahora se lo debo, en gran medida, al maestro que llevé en la primaria. Se llamaba Felipe, tenía métodos de enseñanza efectivos gracias a los que aprendí, calculo, el 80% de lo que sé ahora. Lo que vi en secundaria fue redundancia y ya en la prepa tuve un profesor cuyo único mérito era decir groserías y contar chistes durante sus clases.

La esposa de Felipe también era maestra en la escuela, se llamaba Ana. Tenían un hijo varios años menor que yo. No debían quererlo mucho porque lo tenían estudiando ahí mismo, en una deficiente escuela que dejó traumas en cada una de las generaciones. Una vez hubo un incidente entre ellos, al parecer la maestra Ana se dio cuenta de alguna infidelidad de su marido con otra de las empleadas del lugar. Una mañana, en medio de una clase, el profe Felipe, sorprendido tanto como nosotros sus alumnos, vio entrar a su mujer al salón con cara de pocos amigos. Se acercó hasta donde estaba él, que había interrumpido la lección para ver qué pasaba. Acto seguido recibió una poderosa cachetada que le dejó una marca rojiza en una gran parte de la cara. Jamás pude volver a verlo con los mismos ojos. Cuando trataba de enseñarnos algo, venía la imagen mental de aquella escena tan bochornosa para él. Le perdí algo de respeto. De cualquier forma, les digo, aprendí bastante con él. Una de las herramientas que usaba con nosotros eran las canciones. En cada festival elegía una que teníamos que aprender y cantar el mero día. Desde luego por ahí desfilaron lugares comunes como "Imagine", "Woman", "We Are The Champions" (pueden burlarse) y otras tantas que tenían como único denominador en común el pertenecer a la categoría "Adulto Contemporáneo".

Para un día de las madres en el cuarto año, la directora quería que cantáramos "New York, New York", versión Frank Sinatra. Previamente había sugerido "Mother" de John Lennon. Evidentemente no tenía ni puta idea del inglés y se había dejado llevar por el engañoso título por lo que tuvimos que orientarla. Desde el principio la idea fue recibida de mala gana, en cuanto escuchamos el ♪ Start spreading the news, I’m leaving today...♪ en el cassette que nos prestó, supimos que era una elección anticuada que no correspondía al ánimo que distingue a esa celebración en particular. Inmediatamente empezaron las risitas, los suspiros, las quejas.

En un arranque de gallardía, el maestro Felipe sugirió un cambio de tema, nos indicó que no debíamos avisarle a Miss Yola (la directora), porque de otro modo echaría abajo nuestros planes. La canción sustituta no era menos ridícula, se trataba ni más ni menos que de la ochenterísima (y ñoñísima) "Lady In Red" de Chris de Burgh. Sigo sin entender por qué escogió una tan romántica, si se supone iba dirigida a nuestras mamis. Para hacerlo aún más ridículo nos pidió que le sugiriéramos a ellas que asistieran al día del evento vestidas de rojo.

El día llegó, y todas las mamás llevaban ropa roja...excepto la mía que iba de negro. Olvidé avisarle sobre el color del vestuario. Ni hablar, hice que se perdiera de la, huy, sorpresota de su vida. Lo que más recuerdo de esa mañana, aparte de eso, es la cara de la directora, reconocida por su mal genio, cuando la música empezó. En vez de escuchar la tonada dedicada a La Gran Manzana, nos vio ahí cantando un éxito de los años ochenta. Ver cómo sus sonrisa se desvanecía representó algo similar a lo que luego conocería como orgasmo. La pobre hasta llevaba puesto el sombrero de copa que había propuesto originalmente para el vestuario.

Pocos meses después el maestro renunció para irse a trabajar a Interlingüa. Una vez me lo encontré en un camión y nos saludamos. Me sorprendió que me reconociera, yo había cambiado, él seguía relativamente igual. Le dije que le debía lo que sabía de inglés y al rato nos despedimos. Un hombre simpático.

Me vino a la mente esto porque hoy es el cumpleaños de mi madre y no sé qué decirle.

4 comentarios:

Miucha Malicieux dijo...

Yo el inglés que tengo se lo debo a mi papá, él me daba galletitas como premio cuando aprendía algo. Luego descubrí que así entrenaban a los perros...

Ustedes cantaban, a nosotros cada festival nos ponían a bailar. Vivo con el temor de que un día mis hijos descubran esas fotos y me pierdan el respeto.

Y no se me ocurre algo para que le digas a tu mamá :/ No suelo ser muy original en lo que a felicitaciones se refiere. Pff.

Anónimo dijo...

No sé qué puedas decirle a tu mamá, pero si fuera el cumpleaños de la mía le diría que me daba gusto de estar con ella, de pasar un cumpleaños más juntas y le pediría que no se fuera aunque sé que igual lo hará.

Pixie dijo...

"Felicidades mamá", un abrazo y un beso, con eso basta.

Saluditos!

Bigmaud dijo...

Miucha: El método de las galletas es genial, ya quisiera llevarlo yo.

Anónimo: A mí no me salen esas palabras tan bonitas.

Pixie: ¡Y yo complicándome tanto!


Saludos.