miércoles, 27 de enero de 2010

Interferencia escolar

Conforme los días de vacaciones se iban agotando, tuve que aferrarme al consuelo optimista de que el regreso a clases traería consigo una infinidad de situaciones o temas con las cuales pudiera nutrir este blog. La realidad ha sido distinta; más que ayudarme, la cotidianidad ha mermado el espíritu entusiasta con el que comencé al año. La paz espiritual que sentí durante vacaciones ha sido aniquilada por completo en menos de una quincena. Eso afecta a muchos niveles la forma en que actúo. En lo que respecta al blog (que lo único que vale la pena comentar ahora), quitándome las ganas de postear o de plano por momentos olvidarme de que existe esto.

Este es el típico post de resurrección que busca detener la caída en picada que implica la ausencia de nuevos posts (¡dos días!). Espero que mañana pueda reportar algo interesante como una invasión de langostas a la cafetería.

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Bonus: Sigo sin ver la película más taquillera de la historia, estoy esperando a que recaude $1, 999, 995 para entrar a la historia del consumismo aportando con mi boleto los últimos cinco dólares para superar la barrera de los dos mil millones.

2 comentarios:

ontobelli dijo...

Las universidades cada vez son más aburridas. Y son peores a donde la gente va a estudiar.

Bueno, no siempre se gana.

Psic. Liliana Castro Morato dijo...

Algo te debe gustar.. en serio, nada de nada? Es que acaso estudias algo que no te gusta? Yo entiendo que en la U hay materias de relleno pero hay algunas que interesas o por lo menos 1! o hay por lo menos 1 docente que pone a uno a cavilar.