Los pobres humanos que cuando dormimos tenemos el sueño bastante ligero (que más que tener que ver con pesadillas lights o chafas se refiere a ser más susceptible a percibir lo estímulos auditivos mientras se supone, estamos descansando) tenemos casi a diario malas experiencias relacionadas con la interrupción de la dormida. En mi caso soy tan sensible que he llegado a detectar cuando alguien está barriendo afuera de mi habitación (con la puerta cerrada, claro), en un par de ocasiones me he levantado porque de algún modo "siento la presencia" de alguien cercano a mi cuarto o cuando alguien enciende su televisión. Alguna vez intenté usar tapones para los oídos, pero a pesar de ser suaves (eran unos que parecían malvaviscos miniatura) me resultaban incómodos, la sensación de estar medio sordo más que ayudar me estresaba y menos me dejaba dormir. De ese modo no me ha quedado más que continuar una vida en la que el más ligero cantar de un ave me trae de vuelta a la horrorosa realidad.
A continuación expongo una breve lista de los motivos más comunes por las que una persona promedio amanece con el pie izquierdo (o con el derecho en caso, de ser zurdos).
Por culpa del despertador
Esta es la más típica, aunque eso no la exime de ser también una de las más molestas. A pesar de ser la única a la que nos sometemos de manera voluntaria, resulta un suplicio comenzar la rutina diaria con una alarma diseñada con el propósito de ser lo más escandalosa posible. Han existido casos en el que el instinto primitivo del sujeto puede más, acabando por recurrir a la destrucción del aparato con tal de dormir cinco minutitos más, para ello se han inventado despertadores con rueditas que dan vueltas por el cuarto del dueño con tal de cumplir su función sin acabar con tornillos vitales de fuera.
Con ladridos de un perro
Adoro a los perros, creo firmemente que son el compañero ideal por encima de los gatos y los seres de nuestra propia especie. Son fieles, ayudan y te defienden de cualquier peligro. Podría decirse que si somos lo suficientemente cariñosos, terminará por importarles más nuestra vida que la de ellos mismos. Ah, pero (y los dueños de uno, sabrán a lo que me refiero) cómo jode que en medio de un plácido descanso tu mascota empiece a ladrar (porque vio a un pájaro, a una familia pasar o porque quiere jugar, da igual). Es terrible porque no paran hasta que se cumple lo que desean, que en muchos de los casos resulta ser ver cómo se orinaron en algo de suma importancia en tu vida doméstica.
Porque te da sed
Un error común es irse a dormir con sed, pensando que mientras duermes no te darás cuenta de que necesitas beber líquidos. Ok, puede que durante de un par de horas tu organismo no lo resienta pero si tu intención es dormir ocho horas, verás que cuando apenes lleves cinco, la boca seca terminará por inclinarte a ponerte de pie para ir por un vaso de agua. Y no, ya no podrás volver a dormir tan fácilmente.
Por las ganas de orinar
Caso contrario, es de la misma forma un error hidratarse copiosamente en horario nocturno sobretodo si eres de los que tienen una vejiga tamaño pistache. Lo único bueno de ésta, es que la liberación de líquidos te dará una sensación de bienestar momentáneo.
Alguien tocando el timbre
La que más me ha causado ataques de ira es esta. Ser expulsado de una cómoda cama para acudir al llamado de algún estúpido que no comprende que un timbre no equivale a tocar martinillo en piano, más si se combina con los ladridos del perro (el suplicio se multiplica por dos por cada canino casero) es una aproximación bastante fiel a como me imagino el infierno. La única forma de que eso resultara tolerable sería que, quien estuviera fuera de casa tocando como loca se llamara Keeley Hazell y que en su mano tuviera un cheque de cincuenta millones de dólares para entregarte. Lo malo es que nunca pasa, y las más de las veces se trata de un sujeto que se equivocó de dirección.
En medio de un sueño emocionante
Clásico, estás a punto de salvar a un planeta habitado por ositos de peluche parlantes cuando, así sin más, abres los ojos y te percatas que todo fue una mera ilusión a la que jamás podrás regresar. Porque volver a soñar lo mismo es una de las hazañas que no figuran en mi lista de logros personales por más que lo intento.
Mariconamente tras una pesadilla
Un cliché de las películas muestra al protagonista despertando a media noche empapado en sudor luego de tener una pesadilla en la que casi muere. Puede que en este caso el interrumpir el proceso del sueño sea un alivio, la desventaja aquí es que acabas como un cobarde que no aguanta nada en cuanto a experiencias extremas se refiere.
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Es claro que hay pocas formas que comenzar el día de buen humor, una de las que me viene a la mente es aquella en la que luego de doce horas, los párpados deciden que es hora de abrir sus puertas.
A continuación expongo una breve lista de los motivos más comunes por las que una persona promedio amanece con el pie izquierdo (o con el derecho en caso, de ser zurdos).
Por culpa del despertador
Esta es la más típica, aunque eso no la exime de ser también una de las más molestas. A pesar de ser la única a la que nos sometemos de manera voluntaria, resulta un suplicio comenzar la rutina diaria con una alarma diseñada con el propósito de ser lo más escandalosa posible. Han existido casos en el que el instinto primitivo del sujeto puede más, acabando por recurrir a la destrucción del aparato con tal de dormir cinco minutitos más, para ello se han inventado despertadores con rueditas que dan vueltas por el cuarto del dueño con tal de cumplir su función sin acabar con tornillos vitales de fuera.
Con ladridos de un perro
Adoro a los perros, creo firmemente que son el compañero ideal por encima de los gatos y los seres de nuestra propia especie. Son fieles, ayudan y te defienden de cualquier peligro. Podría decirse que si somos lo suficientemente cariñosos, terminará por importarles más nuestra vida que la de ellos mismos. Ah, pero (y los dueños de uno, sabrán a lo que me refiero) cómo jode que en medio de un plácido descanso tu mascota empiece a ladrar (porque vio a un pájaro, a una familia pasar o porque quiere jugar, da igual). Es terrible porque no paran hasta que se cumple lo que desean, que en muchos de los casos resulta ser ver cómo se orinaron en algo de suma importancia en tu vida doméstica.
Porque te da sed
Un error común es irse a dormir con sed, pensando que mientras duermes no te darás cuenta de que necesitas beber líquidos. Ok, puede que durante de un par de horas tu organismo no lo resienta pero si tu intención es dormir ocho horas, verás que cuando apenes lleves cinco, la boca seca terminará por inclinarte a ponerte de pie para ir por un vaso de agua. Y no, ya no podrás volver a dormir tan fácilmente.
Por las ganas de orinar
Caso contrario, es de la misma forma un error hidratarse copiosamente en horario nocturno sobretodo si eres de los que tienen una vejiga tamaño pistache. Lo único bueno de ésta, es que la liberación de líquidos te dará una sensación de bienestar momentáneo.
Alguien tocando el timbre
La que más me ha causado ataques de ira es esta. Ser expulsado de una cómoda cama para acudir al llamado de algún estúpido que no comprende que un timbre no equivale a tocar martinillo en piano, más si se combina con los ladridos del perro (el suplicio se multiplica por dos por cada canino casero) es una aproximación bastante fiel a como me imagino el infierno. La única forma de que eso resultara tolerable sería que, quien estuviera fuera de casa tocando como loca se llamara Keeley Hazell y que en su mano tuviera un cheque de cincuenta millones de dólares para entregarte. Lo malo es que nunca pasa, y las más de las veces se trata de un sujeto que se equivocó de dirección.
En medio de un sueño emocionante
Clásico, estás a punto de salvar a un planeta habitado por ositos de peluche parlantes cuando, así sin más, abres los ojos y te percatas que todo fue una mera ilusión a la que jamás podrás regresar. Porque volver a soñar lo mismo es una de las hazañas que no figuran en mi lista de logros personales por más que lo intento.
Mariconamente tras una pesadilla
Un cliché de las películas muestra al protagonista despertando a media noche empapado en sudor luego de tener una pesadilla en la que casi muere. Puede que en este caso el interrumpir el proceso del sueño sea un alivio, la desventaja aquí es que acabas como un cobarde que no aguanta nada en cuanto a experiencias extremas se refiere.
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Es claro que hay pocas formas que comenzar el día de buen humor, una de las que me viene a la mente es aquella en la que luego de doce horas, los párpados deciden que es hora de abrir sus puertas.
4 comentarios:
Olvidaste la llamada telefónica
Olvidé decir: INÚTIL llamada telefónica - número equivocado o encuestas. Clásico, sobre todo si hace frío y estabas muy bien encobijado
otra que te agrego y es la que más odio es despertarse porque la luz solar te da directo en los ojos, y yo q tengo ojos muy sensibles...jaja
También, es molesto que alguien te despierte y, me parecio raro q no este en la lista, algo peor que te griten cuando sólo dormiste 4 hrs, no te suena? Yo llegue al punto, de levanterme nerviosamente solo escuchando hablar a mi madre en el cuarto de al lado,:S
Las del perro la conozco perfecta, la perra duerma al lado mio, y no duda en ladrar cuando una hoja cae
Y es de lo más desagradable, caer en un sueño...
argh creo q hoy no durmo bien.
saludos!
Memmis: Démet, la llamada telefónica figuraba en el borrador mental que hice antes de crear este post. Cómo pude olvidarlo de último momento. Eso me pasa por postear con prisa.
Beronita: Estoy de acuerdo con lo de la luz solar, por más que haya gente que lo considere algo bello y hasta místico. Por eso es importante adquirir un buen juego de cortinas que nos protejan del sol.
Por desgracia tenemos perros nerviosos que nos levantan antes de tiempo.
Saludos a ambas.
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