Nos prometían que con la crisis llevaríamos una vida más tranquila, el caos acabaría y la gente se limitaría a estar dentro de sus casas leyendo periódicos viejos. La única razón para salir sería la búsqueda de víveres y recolectar bayas cada tres meses. Pero nah, todo es un fraude. El mundo está peor que nunca, si en verdad hubiera crisis no tendría que estar soportando el ruido proveniente de la casa de a lado.
Desde hace un mes no sé que diablos se está construyendo junto a mi casa, aunque por el puto ruido que hacen los albañiles lo más seguro es que en esos quinientos metros cuadrados estén construyendo una pista de hielo o un nuevo estadio. Da igual, lo importante aquí es que no dejan en paz, desde la mañana hasta las seis de la tarde se escuchan sonidos similares a los que provocan las sierras eléctricas y taladros tamaño monstruo. Ya no se puede leer ni descansar a gusto. Toda una calamidad.
Pero no es todo, también están las carcajadas y pláticas entre los trabajadores de la construcción que se escuchan hasta mi habitación (es la más cercana a ellos) que tienen a bien amenizar con música grupera romántica a alto volumen. Tan bonito que es el silencio; ahora mi parte favorita del día es cuando ellos no están laborando, y no tengo que subir todo el volumen de la tele para poder escuchar algo.
Esa casa antes estaba vacía; todo era perfecto y no había nadie que nos interrumpiera pidiendo tazas de azúcar o invitándonos a una reunión de vecinos. Ahora me temo lo peor, porque cuando esos albañiles se vayan, la pesadilla no terminará ahí. Alguien habitará ese lugar y a menos de que se tratan de modelos amistosas de Europa del Este seguro no me agradarán.
Pero ayer sí me asusté. No sólo levantaron más la pared que divide ambas propiedades, ayer me percaté de que pusieron un especie de techo de lámina bastante alto, y en una de esas se les ocurre a los dueños poner uno de esos salones de fiestas que se rentan semanalmente para bodas, cumpleaños y (brrr) graduaciones. Bueno, no sé, espero que no. No creo poder aguantar música tecno y tropical los viernes y sábados.
¿Dónde estabas crisis?, ¿Porqué no los detuviste?
4 comentarios:
Esta maldita ciudad cada día es mas ruidosa y caótica. A mi lo que me pone de mal humor es un maldito vecino aprendiz de bajista que se pone a practicar y jugar con su bajo para producir los sonidos mas graves posibles. De esos que ya no oyes pero sientes como se te mueven las tripas y el corazón.
Sospecho que ese cabrón es le responsable de dañarme un disco duro.
xDDD
aaaaaah los vecinos
Ontobelli: Pero pudo ser peor: vecino baterista. Por suerte no me ha pasado, suelen tocar bien feo. Mejor regálale un xbox a ver si así se aleja del vicio de la música.
Memmis: Preferiría a Ned Flanders :(
jaja, yo creo que la crisis tiene su parte verdadera, pero a veces perece una campaña de miedo para con la gente, en fin. yo vívía al lado de una secundaria... y era horrible, escuchabas en la mañana los honores a la bandera (yo creí que eso sólo era los lunes) o alguna cosa por el lestino tooodos los dpias a las 7 de la mañana, ah sí y los fines de semana ensayaba la banda de guerra...
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