jueves, 3 de noviembre de 2011

Es poco recomendable ser como yo



Soy especial y cerrado en cuanto a Facebook se refiere. Tengo una colección de docenas de solicitudes de amistad que jamás aceptaré. La mayoría de personas de la escuela, que nunca se han tomado la molestia de darme un buenos días y que, sin embargo, esperan que las acepté como si fuéramos hermanos del alma. Para mí ir en una misma clase no es razón suficiente como para iniciar una amistad virtual ni mucho menos. También he declinado las invitaciones de algunos familiares debido a que su presencia me resultaría incómoda. A otros los he aceptado por mero compromiso, por temor a que en la próxima reunión navideña me retiren la palabra y se nieguen a pasarme el plato de patatas.

En cambio, he aceptado a sujetos que no conozco en persona sin ningún problema. No a todos, claro, solo a unos cuantos, los que me resultan gratos, parecen confiables y han sido amables conmigo. Los prefiero sobre a muchos de los que veo cara a cara diariamente. De igual forma, tengo pocos amigos en Facebook, en especial si se me compara con las cuentas que sobrepasan los 500 contactos.

Que yo recuerde, solo le he enviado solicitud de amistad a cinco personas, quizás a cuatro. No me agrada la idea de darle a alguien la opción de rechazarme. Además, con una que otra excepción, no soy de los que están ansiosos de retomar contacto con amigos del pasado (de hecho me he negado a hacerlo, sin importar cuantas veces sigan intentándolo por medio de solicitudes), ya que la mayoría de esas relaciones fueron producto de las circunstancias, de nada más.

El caso es que el otro día celebré una actividad que implementé desde el año pasado: borrar a todos aquellos monitos que no me felicitaron en mi cumpleaños. La edición de 2010 fue épica, eliminé a cerca de 30 personas que representaron casi una tercera parte de mis amistades en ese entonces. Esta vez la purga no fue tan espectacular, tal vez por el precedente, en este ocasión solo se fueron 10 cabezas, que dudo regresen un día. Para quienes crean que la medida es excesiva, déjenme decirles que antes de decir chau a un perfil, verifico si ha tenido actividad durante ese día, si no es así, le doy una oportunidad; uno debe ser consciente de que si no usó su computadora, es lógico que no haya visto la notificación automática que aparece cuando uno de los tuyos está cumpliendo un año más de vida.

Total, que tengo tan pocas amistades ahí, que luego de restar 10 perfiles, quedé en un estado deplorable. Tampoco me gustaba la idea de tener apenas sesenta y tantos amigos, que luego uno puede aparentar ser un paria, cosa no muy aconsejable a la hora de formarse una imagen pública. Lamentablemente la gente se va con las apariencias, y en vez de verme como el sujeto exigente que soy, podrían pensar de manera errónea que soy uno esos muchachos que están a la espera de ser aceptados en los círculos sociales de sus semejantes.

Lo anterior, aunado a la depresión post-cumpleaños (el día siguiente es terrible, luego de ser el centro de halagos y atención, pasas a regresar a la triste realidad en la que nadie parece alegrarse de tu existencia), me hizo recordar a una chica que alguna vez encontré en Facebook por casualidad. No recuerdo cómo llegué a su perfil, tal vez buceando por ahí o por una etiqueta puesta en el lugar adecuado. El asunto es que cuando la vi, me sorprendió por el hecho de que era de mi misma ciudad, y, en especial, porque tenía gustos extrañamente parecidos a los míos. En el apartado de Arte y Ocio, había registro de que le gustaban Elvis Costello, Patti Smith, Serge Gainsbourg, The Cure y Morrissey, entre otros que son indispensables para mí y que pocos conocen y adoran en donde yo vivo. Las coincidencias musicales se complementaban con las literarias, cinematográficas, televisivas e incluso de videojuegos (!!!). Según esto era fan de Oscar Wilde, Hank, Ghost World, Pingu!, Back to the Future, Silent Hill y hasta Resident Evil. Me sorprendí, como les digo, porque era la primera persona de la que tenía noticia, que contara con debilidades similares a las mías en esta pequeña ciudad.

Cuando la vi, pensé en mandarle un mensaje. Desistí de hacerlo por considerarlo poco menos que una locura. Un mes después, no obstante, estaba frente a la computadora a las dos de la mañana del día posterior a mi cumpleaños (hace dos semanas), y con el peso de la vejez y melancolía propia del momento, además de una copas encima, me animé a hacerlo, pensando que todo lo anterior eran señales de que al menos debía intentarlo.

Por mensaje privado (vulgarmente conocido como "inbox") le escribí algo parecido a lo siguiente:

Bueno, esto sonará raro, pero buceando entre perfiles encontré el tuyo y acabé encantando al encontrar alguien, que en San Luis, gustaba de Moz y Bukowski, de Costello y Gainsbourg y que encima era aficionada a Silent Hill (!!!). No pensé que existiera alguien en esta decadente ciudad que gustara de eso que a mí tanto me encanta, así que nada, de eso va este triste mensaje. Me lo pensé mucho, y al final decidí mandarte un mensaje con saludos. Mira que hice un esfuerzo al ser increíblemente tímido; pero es que son Morrissey y The Cure... no podía resistirme. ¿Irás al concierto del primero? Nada, si me consideras un friki, no contestes un mensaje, pero si no, mándame una solicitud de amistad que con gusto aceptaré. Chau.

Lo releo y me da pena. En mi defensa diré que no estaba en mis cinco sentidos. De estarlo, no hubiera empleado una palabra tan patética como "friki". Seguramente le habré parecido un otaku cualquiera por usarla. Además ofendí al lugar donde ella vivía, y redacté como un tipo que tiene cosas que ocultar. En fin, debí escribirlo de otra forma, pero eso fue lo que me salió con la inercia de la noche.

Era una chica como de mi edad, y no tenía otra intención que la de conocer a alguien con quien tengo sensibles afinidades. Por desgracia nunca me contestó (dudo que lo haga ya), aunque eso no hizo más que comprobar que, en efecto, es parecidísima a mí: es igual de especial y cerrada que yo con eso de las amistades de facebook. Y por eso no nos conoceremos, por ser tan iguales. La historia de mi vida. Y esto me hace pensar que quizás debería cambiar, que acaso el ser tan evasivo, me hace perder de oportunidades importantes.

8 comentarios:

A.U dijo...

Yo soy mucho como tu, a veces también por eso pienso que me quedaré sola para siempre, en mi caso por ser mujer y estar vieja, los hombres no quieren estar jamás con una mujer vieja, asi que ya me resigné, por otro lado, aunque quisiera conocer a más personas, me sentiria mal teniendo amistades con más de 500 personas porque sé que no soy una persona especial para ellos

Por cierto, odio también el término "inbox", si te das cuenta, cuando llego a poner algo siempre digo mensaje personal o MP

Maria dijo...

Me pasa algo parecido con los saludos de cumpleaños pero, de los que no me saludan, me daría pena borrar a más de la mitad de mis amigos. Del mensaje que le enviaste a esa chica, creo que debiste enviarle la solicitud y no esperar que ella te lo enviara, sé bien que no es asi pero se lee algo pedante. Y si lo intestas otra vez?. Buen post!.

Memmis dijo...

(Con eso de que aceptaste mi solicitud, me siento especial)

Aaaay, yo necesito hacer una limpia pero me da taaanta flojera...

Yo no me hubiera atrevido a mandar ese mensaje nunca.

Danielita dijo...

Cuando leo este tipo de entradas y al lado veo el número de tus seguidores, me preguntó tantas cosas, al final concluyo que habemos varios con ese tipo de personalidad

Fernando dijo...

digna historia para un cuento, este año tome la medida de desahabilitar mi muro en facebook y la fecha de mi cumple, para que solo se acordaran los que realmente aprecio, los saludos se redujeron en un 75&

tengo1amiga dijo...

Excelente entrada amigo!, te leo, te leo!. Slaudos

Bigmaud dijo...

A.U.: No estás vieja, ni te quedarás sola. Apostaría todo mi dinero a ello.

Maria (¿sin acento?): No podría volver a intentarlo. He fracasado miserablemente.

Memmis: Eres especial, por eso te acepté.

Danielita: Ja, no lo sé, a veces me sorprende el número de seguidores que tengo aquí, y en especia en twitter.

Lunatrack: Claro, si no fuera por facebook casi nadie se acordaría de las fechas de cumpleaños.

tengo1amiga: ¿qué tan simpática es tu amiga?


Saludos.

Salva M. dijo...

"Y por eso no nos conoceremos, por ser tan iguales": oye, esto es bastante profundo, y por eso creo que merecías (además e alabanzas) contestación.

Quizá sea cierto y se pareciera demasiado. Obviamente hay que tener intereses comunes, pero si no hay apenas diferencia todo se puede volver un poco aburrido (?). Busca a alguien que le guste Morrisey y no le guste Resident Evil, por ejemplo. O que le guste "Back to the Future" pero no Patti Smith (siempre le puedes hacer fan de ella y así te recordará por siempre ;) ). Y con estas experiencias (tanto de cómo era ella como por tu mensaje) uno va aprendiendo, y poco a poco te vas transformando en una versión mejorada de ti mismo.