Tomar decisiones de último minuto te desprende de aquellas comodidades que cubren a los más precavidos. En el papel, podría sonar intrépido y "aventurero" pero siempre es mejor hacer las cosas con tiempo; tranquilamente. Ayer por la mañana mis planes para ir al concierto de los Hombres G eran mera fantasía. Se suponía que compraría los boletos desde hace semanas, pero diversas cuestiones fueron aplazando las cosas y siendo ya el día del concierto veía como poco serio el lanzarme a ver a uno de los grupos más ochenteros disponibles en el mercado. Era inconveniente, apresurado, fuera de lugar y una flojera de unos veinte kilos se apropiaba de mi persona. En verdad ya no planeaba ir, pero pasaron sesenta segundos (aunque hay versiones de que fue un minuto) que cambiaron mi perspectiva y me dije a mí mismo, ¡Casi estás en Bel Air! oye, no te quedes con las ganas. Así, a unas horas del concierto sin boleto y sin un helicóptero para transportarme partí rumbo al auditorio nacional. Y llegué. Y me acerqué a una venerable anciana con una bella sonrisa y mejillas rosadas que ofrecía boletos amorosamente "al precio" (desesperada porque el concierto se suponía ya debía empezar). Fue justo cuando le preguntaba de cuáles secciones tenía, que una señora de aspecto siniestro vestida civilmente de fachas interrumpió esa reunión de negocios pidiéndole a la viejita que sólo estaba deshaciéndose de los cincuenta boletos que le habían sobrado luego de que sus nietos y bisnietos la dejaran plantada (eso me dijo, qué quieren) que se descubriera para inspeccionarla. Era una policía descortés. Me soltó un cariñoso, Te voy a pedir que te largues, no andes promoviendo la reventa. Me fui por dos razones: la ovación del público estaba llegando hasta afuera o sea que los primeros acordes estaban cerca de comenzar y porque esto no era una película de Rambo como para iniciar una revuelta épica contra la ley armado con una vara sin espinas.
No pasó mucho tiempo cuando una pareja me dijo que todavía había boletos en taquilla. WTF? ¿Qué hacía yo platicando con esa bruja de arrugas en la frente que sólo le quitaba boletos a los verdaderos fans realizando esa práctica asquerosa llamada reventa? En el fondo nunca tuve intenciones de comprárselos, ejem... Por fortuna un ángel de la ley evitó que pecara. Whatever, fui a la taquilla por un papel que autorizara mi entrada. Ya sonaba Voy a pasármelo Bien, así que me apresuré para no perderme más. Llegué para el inicio de El Ataque de las chicas cocodrilo, la segunda canción.
Sobre el concierto, muy bueno. A los Hombres G a veces se les juzga injustamente y se les mete en la misma bolsa que aberraciones como Reik, o sea, la de una banda para jovencitas. Y sí, tal vez su público no sea el más amargado, serio y feo (lo cual es genial desde muchos ángulos) pero tienen una cantidad de temazos lo suficientemente grande para hacerlos uno de los pocos grupos en español a los que admiro. El set list fue básicamente hitero, con todas esas que la gente se sabe mejor que su número de celular con alguna sorpresilla como Solo al llover, Tengo hambre y una de las que me hizo hace años encariñarme con ellos: Rita . Me quedé con las ganas de dos de mi favoritas, La Carretera y Sin ti. Hay que irse dando a la idea de que los grupos por más que te ofrezcan, siempre te quedarán debiendo algo, como para que sigas ahí, a la expectativa de la próxima vez.
No pasó mucho tiempo cuando una pareja me dijo que todavía había boletos en taquilla. WTF? ¿Qué hacía yo platicando con esa bruja de arrugas en la frente que sólo le quitaba boletos a los verdaderos fans realizando esa práctica asquerosa llamada reventa? En el fondo nunca tuve intenciones de comprárselos, ejem... Por fortuna un ángel de la ley evitó que pecara. Whatever, fui a la taquilla por un papel que autorizara mi entrada. Ya sonaba Voy a pasármelo Bien, así que me apresuré para no perderme más. Llegué para el inicio de El Ataque de las chicas cocodrilo, la segunda canción.
Sobre el concierto, muy bueno. A los Hombres G a veces se les juzga injustamente y se les mete en la misma bolsa que aberraciones como Reik, o sea, la de una banda para jovencitas. Y sí, tal vez su público no sea el más amargado, serio y feo (lo cual es genial desde muchos ángulos) pero tienen una cantidad de temazos lo suficientemente grande para hacerlos uno de los pocos grupos en español a los que admiro. El set list fue básicamente hitero, con todas esas que la gente se sabe mejor que su número de celular con alguna sorpresilla como Solo al llover, Tengo hambre y una de las que me hizo hace años encariñarme con ellos: Rita . Me quedé con las ganas de dos de mi favoritas, La Carretera y Sin ti. Hay que irse dando a la idea de que los grupos por más que te ofrezcan, siempre te quedarán debiendo algo, como para que sigas ahí, a la expectativa de la próxima vez.
4 comentarios:
Muuuy buen post...me recordo al concierto de Soda. Buen dia!!
Se jaja qon qe ese fue el motivo de tu inasistencia
escolar jaja qe geniiial!! Io tmb adoro la de rita!!
jaja en vdd qe si y a mi tambien me recordo
al conciertazo del amor de mi vida <3 bunbury
Buena crónica, hasta se me antojo ir y eso que no me gustan los Hombres G[ay].
Me toco vivir el principio del auge del "rock" en español y eso nomas nunca me sonó a rock.
Stazione: A ese no fui. A los fans les encantó, ¿recurriste a la reventa?
Wendy: Cómo resistirse a la reina de la ginebra?
Ontobelli: Jaja, los Hombres G siempre estuvieron más orientados al pop, género que me gusta cuando está bien hecho.
Saludos.
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