domingo, 25 de abril de 2010
Un par de historias de librerías viejas
jueves, 22 de abril de 2010
Apología a la gordura
Me encanta tu agarradera congénita, mi amor.
miércoles, 21 de abril de 2010
Ahora me asaltaron
Dame tu cartera y el celular o te pico.
Ándale, sácalos orita mismo o chingo. Ni se te ocurra moverte.
- El boleto borroso de cuando fui a ver Watchmen.
- Credencial de universitario insatisfecho.
- Un calendario de cartón portátil del 2006.
- Algunos dólares viejísimos que estaban pegados unos con otros.
- Tickets de compras varias.
- Credencial de elector.
- Tarjeta de débito.
- Monedas que ahora nunca llegaran a las manos de cerillos necesitados.
- Un par de calcomanías de discos de Elvis Costello y Bob Dylan.
- Credencial de amigo Porrúa.
- Billete de emergencia de 100 pesos conmemorativo del centenario de la revolución.
- Pelusa acumulada.
martes, 20 de abril de 2010
Cómo reconocer a un melómano principiante
- Habla demasiado de música.
Gracias, mami; el plátano estuvo tan exquisito que me recordó al primer álbum de The Velvet Underground.
Ese Jarabe tapatío estuvo bien, pero Metallica es mucho mejor.Tengo un amigo que se llama José, como José Luis Perales.
- Dice títulos de canciones completos.
No manches, mi favorita de The Beatles (evitan decirle Álbum Blanco para apantallar) es Everybody's Got Something to Hide Except For Me and My Monkey, está bien chistosa.
Uts, ayer casi chillo con Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me.
- Divulga información errónea de su grupo favorito
A Brian Jones lo mató Mick Jagger porque le tenía envidia.
¿Sabías que Marilyn Manson era el muchacho que salía en Los Años Maravillosos?Paul McCartney está muerto y fue sustituido por un granjero irlandés.
- Le gusta todo.
Menudo discazo The Division Bell.
Digan lo que digan lo último que ha estado sacando Sting está buenísimo.
lunes, 19 de abril de 2010
Conclusión de algo que nunca empezó
domingo, 18 de abril de 2010
El caso de la cartera fresa
Esto era lo que tenía dentro:
Sólo eso, nada más.
Saqué tres conclusiones:
-La señorita tenía pésimos gustos cinematográficos.
Reliquias literarias
Nada como leer un libro que es más viejo que tú. Literatura previa a la Beatlemanía.
Mugir de mujeres
sábado, 17 de abril de 2010
Acostumbrados a las costumbres
Vida arte
Una de mis películas favoritas se llama Une homme et une femme. Me gusta mucho por varios motivos; destacaría la fotografía (en todo momento cambiante; dependiendo de la escena se pasa del blanco y negro, al sepia o al color), su estructura dinámica, el soundtrack a cargo de Francis Lai y la belleza de Anouk Aimée. La cinta trata de la naciente relación amorosa entre dos viudos que se conocen en el internado de sus respectivos hijos. Ambos apenas se van recuperando de la pérdida de sus antiguos amores, cuando de pronto, una semi casualidad los reúne. Ella se dedica al cine (su marido muere precisamente cumpliendo su trabajo de stuntman) , y él es piloto de carreras. El caso es que, cerca de la mitad, hay una parte en la que empiezan a tener una plática sobre su relación. Entonces uno de ellos, cita una frase de Alberto Giacometti, el célebre escultor suizo quien alguna vez dijo que si en medio de un incendio tuviera que elegir entre salvar a un gato o un rembrandt, salvaría al gato. "Y luego lo dejaría libre" agregó.
viernes, 16 de abril de 2010
John y Paul
Paul McCartney como músico le da mil vueltas a John Lennon. Fácil. Recuerdo una entrevista (tal vez de la Antología, no recuerdo) en la que Paul relata cómo le es posible tocar cualquier instrumento que le pongan enfrente. Aunque sea uno desconocido para él, sólo le bastan 15 minutos para encontrarle el modo y las notas. Es un virtuoso en ese aspecto, no por nada, bien que mal tiene cuatro discos de música clásica en su curriculum. Tiene tanto control, experiencia y facilidad para la composición, que incluso sus peores álbumes (pienso en Press to Play y McCartney II) son decentes. Vamos, es alguien que, por mero oficio cada que se pone enfrente de su instrumento, saca algo que está encima del promedio. Un dotado.
John Lennon en cambio, era limitadísimo musicalmente. A duras penas podía tocar la guitarra y el piano. No digo que fuera una basura, tocar desde temprana le ayudó a ser cumplidor. Aun así, al compararlo con cualquier estrella de rock, nos damos cuenta de que es más bien flojo en ese aspecto. Sin embargo poco importa porque hay algo en él que no se puede encontrar en McCartney ni en nadie. John era alguien auténtico, al escuchar (o leer) sus letras te dabas cuenta de inmediato. Podías estar en desacuerdo con su discurso, pero se le tenía que reconocer la sinceridad con la que lo plasmaba. Era un personaje estelar y cercano a la vez, de ahí que sea tan adorado. Es increíble que después de tantos años nos podamos identificar plenamente con un loco oriundo de Liverpool. A veces se mitifica a las estrellas de rock, cuando lo cierto es que no son muy diferentes a nosotros los simples mortales que vamos a super en busca de ofertas. La fama y el dinero no quitan que tengan los mismos problemas amorosos, personales y existenciales.
jueves, 15 de abril de 2010
My Ever Changing Moods
lunes, 12 de abril de 2010
Llenar una página
Tarea difícil la de llenar una cuartilla. Se necesitan reunir a las letras que están dispersas en el diccionario; hay que llamar a los signos de puntuación que viven felices en los diarios. También hay que colocar los espacios en el momento adecuado. Una palabra termina cuando queramos: Auto, Automóvil, Automovilista. Debemos saber parar a pesar de que queramos continuar. Pero, llenar una página es mucho más. Se requieren manos, cerebro, ganas, motivos, papel.
El lector carece de importancia en estos casos. Al escribir se escribe y ya, poco importa tener alguien detrás. Si lo que se busca es convencer, estamos hablando de otro menester. De ser así entonces la lista de ingredientes crece; se deben agregar los temas interesantes, y la prosa fluida. Quien lee, es exigente, crítico. Los ojos son inconformistas cuando el trabajo es ajeno. Al ser leído, un texto se queda paralizado, los errores encontrados no tienen tiempo de ser cambiados. Las palabras son definitivas, dejan una impresión que nos deja bien o mal parados.
Al ser elaborado, un texto comienza pensando ya en el final. Cada pieza debe encajar por lo que el espacio para improvisar es menor al que comúnmente se cree. Por ello se debe analizar al derecho y al revés, para encontrar fallos que luego dejen de ser.
Al trabajo hay que dejarlo reposar, el paso del tiempo hace voltear hacia atrás con mayor claridad. De nada sirve confiar en la primera impresión, la cual comúnmente es una ilusión. El mejor crítico somos nosotros mismos, juzgando cómo fuimos en nuestro pasado más íntimo.
Cuando nos aproximamos al punto final, sólo queda aguantar. La tensión aumenta cuando la gloria está cerca. La muerte de las letras, llega lenta. El último punto es el alivio de los malos textos. O el rompimiento de nuestros deseos…
sábado, 10 de abril de 2010
Candidatos a estar conmigo
Vaya tensión se vive al abordar un autobús cuando vas solo, nunca sabes quién se va a sentar a tu lado. La mayoría de las veces me ha tocado con personas malolientes o con individuos que con su mera presencia tienen de sobra para arruinar el trayecto. La vida se esfuerza por brindarnos compañía lo suficientemente mala como para que terminemos por ansiar la soledad.
Hoy tuve que viajar en camión. Tomé asiento antes que nadie, lo cual me sirvió para analizar a cada uno de los pasajeros que iban subiendo. Imaginé como sería el camino con cada uno de los personajes en cuestión. Elaboré pros y contras del significado que tendría tenerlos a mi lado. Yo iba en el asiento que estaba justo a lado del pasillo. Los de la ventana suelen ser más populares, pero en mi caso prefiero estar aunque sea unos centímetros más cerca de la salida de ese infierno con ruedas.
En fin, uno a uno fueron poblando el interior, y estos fueron los pensamientos que tuve al ver a algunos de ellos.
¿Qué pasaría si él/ella se sentara conmigo?
1.Mujer con bebé
Ventaja: Posiblemente amamante al bebé a medio camino
Desventaja: Posiblemente cambie el pañal del bebé a medio camino
2. Señorita castaña
Ventaja: Está bonita y parece que es muda.
Desventaja: Viene comiendo papas con salsa. Toda una falta de respeto a mi sistema olfativo.
3. Niño de 12 años
Ventaja: Inofensivo. Es imposible que intente asaltarme.
Desventaja: Seguramente es de esos escuincles que no se quedan quietos durante todo el trayecto.
4. El deportista
Ventaja: Puedo platicar con él sobre futbol
Desventaja: Por su vestimenta, parece que viene de jugar, ha de apestar.
5. Anciana cansada
Ventaja: Me ahorraré la plática telenovelera, al parecer tiene ganas de dormir.
Desventaja: No traje mi repelente contra baba.
6. Tipo con aspecto de ex convicto
Ventaja: Puede que me enseñe a usar una navaja…
Desventaja: …al incrustarla en mi hígado.
***
Todo lo anterior fue inútil, porque el autobús no se llenó. Pude poner la computadora en el asiento vacío de la izquierda. Horas después llegué a mi destino. Fui afortunado. Después de todo, mi sombra es lo único digno de estar junto a mí.
Formas más masculinas de morir
1.-Muriendo sólo después de recibir tu peso en balas.
2.-Morir asfixiado por culpa de las tetas de Monica Bellucci.
3.-En una pelea contra Shaquille O' Neal en la que él también muere.
4.-Suicidio después de descubrir que eres gay.
5.-En la silla eléctrica luego de asesinar a los Jonas brothers y fornicar con sus noviecitas.
jueves, 8 de abril de 2010
Leperadas, mujeres y perros
Una frase basta para que la imagen que tenemos de otra persona se diluya para siempre. Una trayectoria de años, una relación sólida, una amistad entrañable, todo se puede derrumbar en un instante.
Cuando tenía menos de diez años, las groserías era un tabú para mí. Fui educado para jamás decir “malas palabras”; realmente las veía como un recurso que distinguía a los delincuentes y aquellos tipos que podían resultar nocivos en mi desarrollo espiritual. Recuerdo aquella vez que escuché a un maestro que tuve de inglés (se llamaba Lionel) decir pendejo. Fue en una posada o alguna reunión semejante, él estaba platicando con otra maestra, ambos reían, y cuando lo escuché pronunciar semejante majadería toda la buena imagen que tenía de él (la de alguien noble, sencillo y educado) se vino abajo. También la de la maestra. La misma señora que me había enseñado a leer, y que usaba un tono dulce para dirigirse a nosotros, estaba ahí riéndose de las lascivas bromas de su colega.
Hoy en día, las groserías no me espantan. Sigo sin decirlas muy a menudo (lo habrán notado al leer lo que escribo), pero mi percepción de una persona no se modifica mucho si la veo decir una que otra cuando es necesario (el abuso de ellas sigue siendo pareciéndome atroz). Yo mismo las diría más a menudo, si no fuera porque las que usamos en México se me hacen pobres estéticamente. El pinche, el no mames, y el güey son horribles. El puto depende de cómo se use. puto calor me agrada, pero ese güey es un puto no tanto. Desapruebo el uso de la palabra pendejo. Prefiero otros insultos, algunos de ellos usados mayoritariamente en otros lugares como España o Argentina. jodido, y sus variaciones es un ejemplo destacado, subnormal otro, disfruto como enano de esa palabreja. En inglés están el maravilloso Fuck it o Wanker. Linduras todas ellas.
A lo que iba es que ahora son otro tipo de expresiones o actitudes las que hacen que de plano, retire mi cariño y respeto a otro individuo. En lo que respecta a las mujeres, detesto que toquen cualquier tema con tintes escatológicos. Cualquier mención la caca, pipí o falta de higiene de su parte, me hace despreciarlas. La pulcritud femenina es vital. Si la falta de higiene en un hombre es terrible, en la mujer es imperdonable. También odio cuando una chica cuenta que tiene novio. Sin importar que sea la más bella de los alrededores, cuando me entero de que determinada monita tiene novio, cualquier tipo de atracción desaparece. Me da un poco de asco pensar que hay un gandul que besa su labios, que existe alguien que acaba con su pureza. No, no lo aguanto. El estado ideal de la mujer es la soltería. O estar conmigo.
En términos generales, siento aversión especial por aquellos que dicen frases como “Hay, se paza, kiere a su perro komo zi fuera un humano” o “¿Pq ke lloras?, se murió pero sólo es un animal, no manches”. Cualquiera que las diga pierde el mucho o el poco respeto que les tenía. Como si fuera imposible encariñarse con un animal. Como si fuera un crimen querer tanto a una mascota. Como si los humanos fueran la gran cosa como para sentirse superiores. Tiene mayor lógica llorar la muerte de un pobre animal que te acompañó incondicionalmente que la de uno de esos bípedos parlantes que sólo vienen al mundo a hacer daño a los demás.
Pinches pendejos putos mamones, ay güey.Caca culo pedo pis.
Tip del paranoico
martes, 6 de abril de 2010
Pasada la noche
Las vacaciones de semana santa traen consigo una ola de alegría que inunda los corazones de aquellos zánganos que, hartos de la rutina de su miserable vida, encuentran en ella un breve recreo al cual extrañarán durante el resto del año. No importa la religión, durante estas dos semanas, todos (ateos incluidos) se dejan llevar por las benditas tradiciones que acaban con las horribles clase diarias.
Eso no quita que algunos nos podamos aburrir. En las cápsulas noticiosas sólo muestran la cara bonita: turistas en bikini compitiendo por ver quien hace los movimientos más sensuales o el desperdicio de agua de Sábado de Gloria que es condenado hipócritamente por aquellos que tardan media hora en bañarse todos los días. La realidad de la mayoría, sin embargo, es distinta. Personalmente me he estado aburriendo como señora menopáusica en una conferencia sobre rugby durante estos días.
Para no transmitir a los lectores ese sentimiento tan feo llamado fiaca, estuve diseñando algunas estrategias con el fin de mantener este espacio virtual animadamente. Claro, últimamente he andado muy quejica. Se habrán dado cuenta que mi ánimo quejumbroso ha superado (para sorpresa de los astros) el ya de por sí molesto tono original con el que he provocado la repulsión de medio mundo. Pues debe saber, que no es mi intención. Échenle la culpa a todo el entorno que me rodea, quien se ha esforzado con tal de ganarse el odio que ahora le entrego.
Uno de los planes más interesantes con el que planeaba cambiar inesperadamente el curso del blog, consistía en salir a buscar aventuras en las zonas de mayor inseguridad de la ciudad. Me sacrifiqué por ustedes muchachos, aunque a veces no lo parezca tengo un gran interés en actualizar dignamente la bitácora que inicié ya hace un buen tiempo.
Antes un breve paréntesis en el que no aparece ningún paréntesis:
Las salsas no valen nada por sí mismas. Es increíble lo dependientes que son. Ahí tienen al guacamole, por ejemplo. Pueden preparar el mejor guacamole de la historia. Uno exquisito en serio, preparado con aguacates cultivados por mujeres vírgenes o lo que quieran. Pero si no hay algo en donde lo puedan echar, no vale nada. Una tostada, aunque sea de las baratitas, cambia el panorama. La tostada fea, se defiende sola. Puede ser la que ayude al guacamole, pero también la puedes comer sin nada extra. Claro, no será la gran cosa, pero su naturaleza le permite afrontar paladares decorosamente. Una salsa no, forzosamente necesita de una acompañante por más corriente que éste sea. Algo que le dé sentido.
Así me siento más o menos. Soy una salsa verde que necesita de un complemento. Uno que potencialice mi esencia.
Les decía del sacrificio que hice. Bien, salí a la calle con la intención de toparme con algún asaltante. Podrá sonar extraño, sí. Por eso aclaro que no estoy loco. Soy alguien que tiene la suficiente claridad mental como para preferir a The Rolling Stones sobre Maná. Si lo hice fue para provocar un suceso extraordinario. Algo que fuera lo suficientemente atractivo para ser publicado aquí. Sé que fue arriesgado, un asaltante pudo llevarse una pertenencia tan codiciada como mi vida, pero era algo que tenía que hacer. No toleraba un minuto más sin provocar sensaciones
Era tarde, ya. Las once de la noche, algunos minutos más. Las avenidas estaba vacías, sólo algunos autos daban vida como estrellas fugaces. Caminé en busca de un lugar menor. Algún callejón sin iluminación tal vez. Encontré un caminito que se acercaba a algunas pesadillas. Lo crucé con algo de temor y mucho deseo. Era angosto, lo adornaban unos grafitis obscenos tan coloridos que se notaban a la perfección a pesar de la escasa luz. Cuando iba a la mitad escuché pasos que se acercaban. Calculé que eran tres o cuatro personas. Decidí no acelerar el ritmo, seguí normalmente. Quería que me alcanzaran; que se llevaran la desnutrida cartera que llevaba. La compré hace años y quería deshacerme de ella. Era más emocionante que tirarla a la basura. Además cumpliría mi objetivo de tener algo qué contar, algo que tumbara la rutina. De eso se trataba todo. Por eso estaba en ese lugar del mundo. Un lugar que sólo esos hombres y yo estábamos dispuestos a poblar.
Sus presencias estuvieron cada vez más cerca, lo supe por el peculiar sonido de su respiración. Pasado un rato lograron alcanzarme. Me emocioné. Por fin había llegado el momento que en el fondo tanto deseaba. Desgraciadamente sólo me dijeron buenas noches y siguieron su camino. Sorpresivamente no me atracaron Ni un golpecito me dieron, siquiera. Nada. Ese es el problema al que me he enfrentado últimamente: que no pasa nada.
domingo, 4 de abril de 2010
Palabras de moda
Distinto
Ahora nada es diferente, todo es "distinto". Cómo gustan los jóvenes de hoy pronunciar este término. El vino tinto es distinto al destino.
sábado, 3 de abril de 2010
Lacoste de 100 pesos
Caminando por las calles del centro, vi un puesto en donde vendían camisas tipo Polo marca Lacoste. Obviamente eran piratas. De a cien pesitos cada una. Estuve pensando que yo nunca compraría una. Aunque los demás no notaran la diferencia, me sentiría culpable. Sería engañar al prójimo. La piratería me remuerde la conciencia porque es igual a mentir. También es una falta de respeto a los que gastaron mil pesos en una original. Prefiero vestir con una playera viejita pero digna antes que caer en eso. Los que venden estos productos contribuyen a vulgarizar los lujos.
Hay quienes se enorgullecen de comprar piratería. La justificación suelen ser los altos precios. Lo ven como una venganza o algo.
Recientemente compré unos lentes obscuros. Unos wayfarer que hace rato quería. Me costaron una pequeña fortuna. Pude hacer hecho lo que muchos: comprar una versión de cincuenta pesos. Hubiera sido más fácil. No lo hice porque satisfacción sería mucho menor. Hay tantas personas que usan los apócrifos, que han llegado a desprestigiar al que usa uno original. La piratería en México es tan grande que se duda de lo verdadero. Cuesta creer que todas las Louis Vuitton que vemos en la calle sean reales. Obviamente habrá una que sí lo sea, pero como pagan justos por pecadores da igual.
Entonces lo que lleva a gastar dinero extra (al menos en mi caso) no es la opinión de otros, sino la de uno mismo. Sigue existiendo una diferencia entre lo fácil y lo difícil. Algo hecho en China no es lo mismo que algo hecho en Italia. Lo que requiere esfuerzo (ya sea físico o económico) se disfruta más. Una vez que lo tienes en tus manos lo entiendes. Saber que eres dueño de una pieza única que no cualquiera tiene hace que valga la pena. Muchos pueden tener un Aypo, pero cuando logres juntar para un touch lo verás como un logro. Lo funcional no es lo único. Comprar algo también implica otras cosas.
La intención de esto no es sonar presuntuoso. Al contrario, hay cientos de productos que quisiera pero que no puedo comprar. Prefiero no tenerlas que conseguir un placebo ilegal. Me esfuerzo para un día poder adquirirlas. Alejarse de la piratería trae consigo muchos alicientes. Si quieres algo tienes que luchar en verdad por él. No hay que conformarse con alternativas de baja calidad. Cuando lo logres tendrás la sensación de que te lo mereces.
viernes, 2 de abril de 2010
Los suplicios de ser una buena persona
Por mi casa hay dos tiendas de abarrotes. La dueña de la que está más cerca (se llama "La Chiquita") me cae muy bien. Una vez me regaló un limón. Yo estaba necesitado en ese momento y ella me ayudó. Recuerdo que fue un domingo en el que le pregunté que si de casualidad vendía limones. Ella me dijo que no, pero que en su refri (es una tienda-casa) tenía algunos, me preguntó que cuántos necesitaba. La situación me apenó. Yo sólo los quería para echarle a unas mugrosas papas, y la señora muy amable me dio uno de los que tenía reservados para ella y su familia. Salí de ahí con una sonrisa por semejante gesto de amabilidad. Creo que sólo unas veinte personas en el mundo hubieran hecho lo mismo por mí.
Desde entonces siento aprecio personal por ella. No sé cuál es su nombre. Nunca se lo he preguntado. Temo faltarle el respeto. Ella tampoco sabe el mío, cómo se lo voy a decir si tampoco me lo pide.
La otra tiendita está a unos veinte metros de la primera. Es la competencia. A decir verdad, está mejor surtida. Tiene una inmensa variedad de productos que hace ver a la anterior como un lugar cualquiera. Tienen todas las marcas de refrescos y hasta venden jugos naturales. Por lo mismo la mayoría de la colonia compra ahí. Casi nadie se para en la otra, lo cual es deprimente.
Se nota que la señora lo ha estado pasando mal económicamente. Los refrigeradores que tiene están medio vacíos, vende cereales caducados, los empaques de galletas tienen una capa de polvo, y el otro día vi que estaba vendiendo unos juguetes usados. Probablemente los de sus hijos. Para ayudarle, cada que puedo compro ahí aunque en su competencia encontraría mejores opciones. Lo hago por lo de aquel limón que me regaló. Aunque se pudiera pensar que el valor de la fruta que me dio, no sobrepasaba los cincuenta centavos, creo que nunca terminaré de pagarle lo que ella hizo por mí. Muchos no saben apreciar detalles como ése. Yo sí. Ese acto de bondad hizo que recuperara la fe en la humanidad. Bueno, no en toda, sólo en ella y algunos más. Pero gracias a eso sé que no todos los que están a mi alrededor son unos malditos. Son CASI todos, pero no todos. Ese casi es importante, porque significa que todavía hay esperanza. El mayor valor está en las minorías.
Aun así he de confesar que la última semana estuve yendo al establecimiento antagónico. Lo que pasa es que venden unos tamarindos excelentes que nomás puedo encontrar ahí. Con todo el pesar de mi alma he tenido que traicionar a la señora. Mi noble corazón me llevó a ponerme lentes obscuros y un sombrero para que cuando pasara a lado de La Chiquita, su dueña no me reconociera. Sé que si no lo hiciera, ella me vería y se decepcionaría de mí. Yo no quiero eso. Sólo quiero que sea una empresaria exitosa. Que salga adelante para que un día pueda llegar a vender esos tamarindos también.
Cada que paso enfrente de ella lo hago disfrazado. Hago un esfuerzo tremendo. Odio tener que rebajarme a ese nivel, pero es lo mínimo que puedo hacer. La señora ni se imagina cuánto la estimo, nunca sabrá todo lo que hago para que ella no esté triste.
jueves, 1 de abril de 2010
La cita del jabón
A veces tomo un baño sólo para activarme. Es común estar despierto pero en un estado semi zombie en el que las ideas no fluyen. Bañarse atrae la buena fortuna, cuando lo hago me deshago de pelusa y polvo que no sirve para nada. Vuelvo a nacer. El jabón que uso impregna superpoderes. No diré la marca porque luego es difícil encontrarlo en las tiendas, para qué quiero competencia.
Conozco a personas que tardan cincuenta minutos en la ducha sin ningún tipo de remordimiento. Yo soy alguien consciente que sólo dura quince dentro con la regadera. Los cinco primeros minutos los uso para lo esencial: el shampoo, rasurar barba, lavarse el cuerpo, cantar, etc. Los otros diez los uso con propósitos de relajación. Simplemente me quedo mirando la pared mientras el agua cae sobre mí. Es un rato que invierto en la meditación, reflexiono si debo comprar una almohada nueva o si debo cambiar los últiles escolares que tengo (una pluma y un lápiz) por otros de mayor calidad. Cosillas así que sólo en un lugar tan privado como el baño puedo hacer.
Yo soy tú
Son tantos y tantos los que se quieren hacer los "diferentes", que actualmente los que llaman la atención son precisamente aquellos que no buscan llevar la contraria a cualquier cosa. Ahora todo el mundo quiere hacer declaraciones polémicas. Está de moda atacar aquello que esté medianamente aceptado con tal de parecer irreverente (palabra que les encanta a esos subnormales) y "especial".
La falta de autenticidad se percibe a millas de distancia. Por ello cuando vean que alguien se define como
"Sarcástico, irónico, ateo, fan del humor negro"
no tengan duda que están ante un perdedor. Un tipo que realmente reúne esas características no tiene porque andarlo ventilando. Alguien con maestría en el manejo del sarcasmo, por ejemplo, sabe que los demás se darán cuenta tarde o temprano de su condición. Vamos, no tienes que ir por la vida autodefiniéndote buscando que te la crean. Sé como eres y ya, será trabajo de los demás ponerte en el lugar que te corresponda.
Lo lamentable aquí es que se ha caído en una dinámica en la que la falsedad triunfa en notoriedad a lo real. Vivo rodeado de chiquillos entusiasmados que por ver House M.D. y buscar sus frases en google transforman su naturaleza en la de alguien que no son (la del "ácido" la del "sin pelos en la lengua"), lo cual es triste. No sólo porque adoptan esa personalidad con resultados desastrosos, sino también porque nos perdemos de lo que pudo ser un nerd adorable, alguien serio y romántico, un humorista blanco.... de muchos seres diferentes que quizás no sean populares pero que al menos son reales.
Alguna vez dije en twitter que prefiero un mediocre auténtico que a alguien extraordinariamente falso. Y lo sigo creyendo así. Las personas están tan ansiosas de reconocimiento que en lugar de buscar su lugar en el mundo, prefieren tomar elementos de la figura exitosa para ver si así pega. Esto último a veces sucede, hay que reconocerlo. Escuincles y escuinclas celebran aquello que les recuerda a lo que vieron en televisión. Tener un derivado (con mayor o menor gracia) cercano, se convierte en un ligero consuelo cuando sabes que el original es inalcanzable.
O sea, como no puedes casarte con Lady Gaga, vas y le pides a tu novia la morena que se tiña el cabello de rubio a pesar de que se veía mejor naturalita. Es aterrador ver cómo se arruinan esencias.
Dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en una imitación de lo que quisiéramos ser. Básicamente. Es algo natural, muchas figuras se han formado así (para pasar al olvido). Es una manera de aprendizaje acelerado de la que hay que despegarse en el momento adecuado. Yo mismo alguna vez me comporté de ese modo, pero tenía 12... 15 años. Llega un momento en el que tienes que pararte frente al objeto copión por excelencia: el espejo, ver tus virtudes y defectos y salir adelante. Siendo tú mismo todo sale mejor. Tu mente se enfoca sólo en canalizar tus instintos, en vestirlos con algo de sentido común. Te ahorras el humillante proceso de tomar prestado de otros.
Igual existen posibilidades de fracasar o triunfar, pero al menos tendrás la satisfacción de haberlo hecho, como diría aquella vieja canción, a mí manera.
Ok, olviden esa última cursilería cliché.