Escogiendo Limones

Ayer me sentí mal cuando fui al supermercado. Tenía que escoger limones, mi padre me dio instrucciones de escoger “los mejores”. Fui por una de esas bolsitas de plástico de medio milímetro de grosor y me puse enfrente de todos esos limones. Eran cientos, quizás miles de limones ante mí, esperando ser seleccionados para hacer una limonada o quizás para acompañar un alimento.

Los que están hasta abajo corren el riesgo de nunca ser seleccionados y echarse a perder sin haber cumplido su sueño de ser exprimidos. Sentí lástima por ellos así que decidí sumergir mi mano entre los limones para sacar uno de hasta abajo, Grave error: Unos 8 limones cayeron al suelo en una especie de avalancha verde. Uno de los empleados se me quedó viendo raro, me agaché a recoger un limón, mientras lo hacía esperaba que el hombre ese me ayudara a recoger los limones. No lo hizo. Había sido mi culpa pero siempre se agradece un poco de cortesía, además si mal no recuerdo ése es su trabajo, pero en fin. Deposito de nuevo los limones en su lugar.

Ya había pasado un buen tiempo y apenas llevaba 4 limones en la bolsa, mi meta eran los 2 kilos de limón, así que me faltaba mucho. Fue ahí cuando me empecé a sentir mal y culpable.

Siempre le he atribuido sensaciones y características a objetos o frutas y verduras. Me imagino conversaciones entre un par de zapatos o el dolor de una lata al ser abierta. Y me puse a pensar que eso de escoger limones es algo discriminatorio. ¿Quién soy yo para decidir que un limón es mejor que otro?, ¿Por qué los limones feos no tienen derecho a gozar y a conocer un refrigerador? Si yo fuera limón no me gustaría que me discriminaran por estar feo.

Por un momento me sentí como uno de esos idiotas grandulones que están afuera de los centros nocturnos que deciden quién entra y quien no. La frustración creció, tenía ante mí a miles de limones y era incapaz de escoger dos kilos. Tome una decisión, cerré los ojos y los escogí al azar.

Suena ridículo, lo sé, pero era lo único que podía hacer en esas circunstancias. Fui a la báscula y marcaba poco menos de 2 kilos, soy bueno para calcura peso de frutas, cerré la bolsa y la metí al carrito.

Los limones viven ahora en mi refrigerador, espero ir pronto por más